Los trastornos del sueño afectan la salud general de diversas formas. Problemas en la función sexual, bajo rendimiento laboral, casos de depresión y accidentes de tránsito se vinculan, en ocasiones, con dificultades del sueño.
Ahora, un estudio alerta sobre las consecuencias negativas de no dormir el tiempo necesario. La privación del sueño, según el estudio dirigido por investigadores de Mayo Clinic, contribuye con el aumento de la grasa abdominal, incluyendo la grasa visceral, que se asocia con un mayor riesgo cardiovascular.
Individuos sanos y delgados a los que se les limitó el sueño a cuatro horas por noche durante un período de tres semanas y que mantuvieron su nivel de actividad física regular consumieron un promedio de 300 calorías adicionales por día y experimentaron una acumulación de grasa visceral.
“Esto es muy inusual”, dijo durante un conversatorio virtual el doctor Virend Somers, uno de los investigadores.
Las personas jóvenes y saludables que no tienen sobrepeso, explicó el cardiólogo, tienden a enviar la grasa al área subcutánea, pero los participantes del estudio la acumularon dentro del vientre.
“Esto nos dice que el mecanismo que gobierna la regulación de la grasa y dónde va la grasa es grandemente afectado por la falta de sueño”, añadió Somers.
El estudio también encontró que recuperar el sueño perdido no revierte ese efecto. Al menos no en el corto plazo.
Con muchas personas trabajando en horario nocturno y con la proliferación de dispositivos electrónicos, cuya luz afecta la melatonina, hormona que regula el ciclo de vigilia y sueño, los hallazgos conducen a importantes preguntas: ¿está la población volviéndose más obesa porque no duerme suficiente?, y ¿cómo incide esto en la salud cardiovascular?
¿CUÁNTAS HORAS DE SUEÑO SE CONSIDERAN ADECUADAS?
En las últimas décadas los especialistas se han dado cuenta de que muchos problemas cardiovasculares (infartos, presión alta, fibrilación, muerte súbita, entre otros) se relacionan con trastornos del sueño.
Las preocupaciones ya no giran solo en torno a los ronquidos o a la apnea obstructiva del sueño (suspensión de la respiración durante el sueño).
“Incluso si no tienes apnea, pero no estás durmiendo lo suficiente, también te pone en riesgo de enfermedades del corazón”, advirtió Somers.
¿Cuántas horas de sueño se consideran adecuadas? La pregunta no tiene una respuesta sencilla, debido a que las necesidades de sueño varían de una persona a otra.
No obstante, el médico indica que una persona ha dormido lo suficiente si se despierta de forma espontánea (no con la alarma del despertador) y, al hacerlo, se siente descansada.
Pero cuando se trata de sueño y salud, no importa únicamente cuánto dormimos, sino también cuándo.
Somers explicó que, como resultado de la evolución, el cuerpo humano está diseñado para dormir en la noche y para comer, moverse y cazar durante el día.
Privarse del sueño en horas de la noche y, al mismo tiempo, tener acceso libre a la comida parece ser una combinación peligrosa.
“Nuestro intestino y nuestro hígado -argumentó el cardiólogo- no han evolucionado para manejar la comida en la noche, así que tenemos que ser muy cuidadosos cuando comemos en horas de la noche porque es cuando la comida es mal manejada y la grasa se envía probablemente a los lugares equivocados”.
A las personas que trabajan en turnos nocturnos o rotativos (y que, como consecuencia de sus rutinas, tienen más propensión a obesidad, hipertensión, diabetes y problemas cardiovasculares), Somers les recomienda evitar excesos alimenticios en horas de la noche, particularmente la ingesta de carbohidratos y grasa, y, “en la medida de lo posible”, hacer ejercicio tanto dentro de su turno de trabajo como en el día.
El doctor Virend Somers, profesor de medicina cardiovascular, participó en el conversatorio virtual titulado “Sueño y enfermedad cardiovascular: cómo la falta de sueño aumenta la grasa abdominal”.