Cuando una persona se propone perder peso por motivos de salud, es imprescindible que realice ejercicio físico con regularidad. En este sentido, incluso una actividad muy moderada va a lograr resultados significativos; pero, lógicamente, la pérdida será más rápida cuanto más intenso sea el trabajo.

Como con todo, no obstante, hay un límite a este principio. No resulta muy intuitivo, pero la evidencia científica de la que disponemos sugiere que existe un límite a las calorías que es posible quemar en un solo día.

Por qué hay un límite de calorías

Tal y como concluye un estudio dirigido por el antropólogo evolutivo Herman Pontzer y publicado en el medio especializado Current Biology, al comparar el gasto calórico de las personas que realizan diariamente una actividad física moderada con el de las personas que desarrollan una más intensa de forma habitual, se observa que la diferencia es menor de lo que cabría esperar en un principio.

De hecho, la diferencia, dice el autor, aunque es medible es tan pequeña que llega un punto en el que deja de ser significativa. 

Esto sucede porque al emprender una rutina de ejercicios, el cuerpo se ajusta al nuevo gasto calórico habitual para operar dentro de los parámetros (de consumo y gasto de calorías) óptimos.

Pontzer apunta a que este fenómeno no es exclusivo de los seres humanos, sino que está presente en todos los animales; se trata de una serie de complejos mecanismos por el que los organismos regulan su gasto energético para que en ningún momento supere las reservas de alimento a las que tiene acceso.

Resulta más complicado, sin embargo, ubicar dónde se encuentra exactamente ese punto. Pontzer cree que, al final, es único para cada persona, a tenor de la variabilidad que observó en los gastos energéticos de las personas que participaron en la investigación.

No obstante, y basándose en la velocidad del cuerpo para digerir los alimentos y convertirlos en energía, en otro artículo publicado en la revista Science, Pontzer estima que el techo de gasto energético para un hombre de unos 85 kilos de peso estaría en 4.650 calorías.

Esto explica por qué el ejercicio físico, aunque por supuesto es vital, no logra por sí solo buenos resultados en la pérdida de peso. Para ello, es preciso combinarlo con un ajuste nutricional.