Los tomates son considerados superalimentos, ya que poseen una importante cantidad de vitamina A, B, C, E, y K, ácido fólico, tiamina, potasio, manganeso, magnesio, fósforo y cobre. Además, tienen un alto contenido de agua, fibra dietética y proteínas, así como una serie de compuestos orgánicos (como el licopeno) que le otorgan su color rojo, y contribuyen a los siguientes beneficios:
Cuida la piel
Al momento de cuidar la piel, el tomate se alza como una opción más que interesante. Diferentes productos cosméticos lo contienen entre sus ingredientes principales, gracias a sus propiedades antitranspirantes, antienvejecimiento y antinflamatoria. Además, un remedio caseros muy popular para las quemaduras solares consiste en aplicar rodajas de tomate sobre las zonas afectadas.
Ayuda en la digestión
Gracias a su rico contenido de fibra, los tomates pueden ayudar a regularizar el funcionamiento intestinal, mejorando su movilidad, agregando volumen a las heces y estimulando la liberación de jugos gástricos que facilitan el procesamiento de los alimentos. Esto es útil para normalizar las deposiciones, mejorar la salud digestiva general y prevenir problemas como el estreñimiento.
Protege el corazón
El consumo regular de tomate ayudara a disminuir los niveles de colesterol "malo" y triglicéridos en sangre. Estos son los principales responsables de la aparición de enfermedades cardiovasculares, debido a que favorecen el depósito de grasa en los vasos sanguíneos. Los expertos creen que este beneficio se debe a que el tomate posee licopeno, compuesto con acción antioxidante.
Antioxidante
El licopeno, un carotenoide con propiedades antioxidantes que el tomate posee en grandes cantidades, es muy efectivo para eliminar a los radicales libres, moléculas inestables que afectan las estructuras celulares sanas. Distintos estudios encontraron que, por esos efectos, consumirlo puede proteger contra ciertos tipos de cáncer, como el de mama y próstata.
Contra los cálculos
Debido a que el tomate es una buena fuente de vitamina C, minerales y antioxidantes, también puede aprovecharse para aliviar los cálculos biliares. Estos son depósitos duros de bilis que se pueden formar en la vesícula biliar.
Baja la hipertensión
Distintos estudios vincularon el consumo regular de tomate con un menor riesgo de tener presión arterial alta. Los profesionales sostienen que esto es posible gracias a sus altos niveles de potasio, que es actúa como vasodilatador. Esto significa que reduce la tensión en los vasos sanguíneos y las arterias, aumenta la circulación, reduce el riesgo de hipertensión y protege la salud del corazón.
Mejora la visión
Muchos problemas de visión, como las cataratas o la degeneración macular por la edad, se producen por los efectos negativos de los radicales libres. Los tomate pueden ser útiles para prevenir esta situación, debido a que son ricos en vitamina A, que actúa como un poderoso antioxidante y controla la actividad de estas moléculas inestables.
Los problemas de visión más comunes
Precauciones
Aunque el tomate es un alimento apto para todas las personas, en algunos casos se registran complicaciones vinculadas a su consumo. Por ejemplo, se desaconseja para aquellos que sufren llagas en la boca, debido a su nivel de acidez.
Fuentes consultadas
Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos Naturales, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Clínica Mayo, Departamento de Agricultura de EE. UU., Instituto Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa.