Estreñimiento mantenido, heces líquidas con fiebre, deposiciones con sangre y heces pálidas son algunos de los signos a los que hemos de prestar atención al momento de observar las deposiciones de nuestro bebé. Esto y más se abordará a continuación.
1. El meconio: la primera evacuación del bebe
Lo habitual es que el bebé realice su primera evacuación dentro de sus primeras 24 horas de vida, durante su estancia en el hospital. Esta primera evacuación tiene un nombre propio, meconio.
El meconio es una caca negra, pastosa, compacta, pegajosa y difícil de limpiar. Normalmente, los bebés lo evacúan hasta el segundo o tercer día de vida.
Esta es una sustancia que se ha ido almacenando en el tubo digestivo del bebé en el transcurso del embarazo, y que está formado por restos de líquido amniótico que el feto ha ido tragando durante la gestación.
El retraso en la evacuación del meconio, es decir, cuando ocurre después de las 24 o 48 horas de vida, se ha relacionado con el desarrollo de algunas patologías, como la fibrosis quística.
Por otro lado, la ausencia de tránsito intestinal con la acumulación de meconio en su interior puede provocar una perforación intestinal en un caso extremo. Esto se conoce como íleo meconial.
2. Signos de alarma
Pasada la etapa meconial, una vez las deposiciones del bebé se hayan normalizado, será posible observar ciertos signos de alarma que serán indicativos de posibles problemas de salud. Algunos de estos signos son:
Estreñimiento mantenido a pesar de un aporte adecuado de agua y fibra
Heces líquidas acompañadas de fiebre
Deposiciones con sangre
Heces pálidas
Si el bebé tiene evacuaciones líquidas, y además tiene fiebre, es probable que esté sufriendo de gastroenteritis, por lo que habría que evaluar su estado de hidratación. En todo caso, es imperativo llevarlo a consulta médica con la mayor prontitud.
Por su parte, las deposiciones con sangre podrían ser un indicador de intolerancia hacia las proteínas de la leche de vaca, pero también puede tratarse nuevamente de gastroenteritis si el bebé tiene fiebre.
Las heces pálidas, prácticamente blancas, pueden sugerir un caso de acolia. Además, si su piel tiene un tono amarillento (ictericia), es probable que el bebé esté atravesando alguna patología del hígado.
En definitiva, las heces del bebé pueden ser valiosas para los padres en la medida en que ellas les permitan conocer un poco más la salud de su bebé sin tener que recurrir a pruebas médicas, aunque no hay que prescindir de estas