La importancia del cerebro radica en que es el órgano que regula las principales funciones del organismo y con algunos cambios ligeros en su dieta, usted podría ayudarlo a mejorar su labor.
Indica Pablo Juárez Andrino de Prensa Libre, que de acuerdo con el neurólogo Fernando Ceballos, es en la estructura cerebral donde se reciben y procesan los estímulos que provienen de los sentidos y es también de allí de donde surgen las órdenes que reciben los órganos para funcionar.
“Es el centro a donde llega toda la información y se procesa para generar una respuesta y de esa forma mantener un equilibrio en el organismo. Comer, dormir y hasta nos enojarse, todo tiene que ver con el cerebro”, explica Ceballos.
El neurólogo explica que el cerebro es la estructura más compleja en el universo y aunque solamente pesa unos 1 mil 300 gramos, aún guarda muchos misterios.
Funciones cerebrales
Además de ser un integrador sensorial y estar a cargo de regular los procesos del organismo, el cerebro es el lugar en el que se almacenan los recuerdos y todo el aprendizaje, que es la información que sirve para llevar a cabo la vida diaria.
“Prácticamente el cuerpo es la extensión del cerebro, ya que el resto del organismo solamente recibe estímulos y comandos. Hay órganos que aparentemente tienen independencia, pero todos están sometidos a las órdenes del cerebro, incluso los latidos del corazón”, refiere el experto.
Debido a que es el cerebro el que interpreta y percibe la realidad, este órgano esta también fuertemente ligado a las emociones e incluso la concepción de la existencia misma según la conoce el humano.
Nutrientes que necesita el cerebro
Glucosa: se caracteriza por ser la principal fuente de energía para mantener los niveles de glicemia en óptimas condiciones. Esta sustancia promueve la homeostasis, que es el proceso por medio del cual se regulan las funciones que mantienen un balance en el organismo, como la temperatura corporal o el pH, por ejemplo.
Vitaminas del complejo B: estas permiten la formación de una sustancia llamada mielina, que es la que recubre las neuronas, la unidad funcional del cerebro es la neurona. “Hay más de 100 millones de neuronas en el cerebro y todas deben estar protegidas por la mielina. Esta sustancia, además, facilita la comunicación entre cada una de estas células”, explica Ceballos.
Omega 3: en este nutriente se pueden encontrar el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA). Ambos compuestos hacen que el cerebro sea más funcional porque agilizan los impulsos nerviosos entre neuronas. El cerebro no puede enviar órdenes si las neuronas no se comunican.
Vitamina E: por sus propiedades antioxidantes y debido a su gran actividad, el cerebro tiene muchos procesos metabólicos que lo llevan al desgaste, según lo explica el neurólogo: “Aunque el cerebro representa más o menos el dos por ciento del peso del cuerpo, consume el 15 por ciento de sangre y el 20 por ciento oxigeno que producen los pulmones. Aun durmiendo, este órgano sigue trabajando y producto de ello se genera un residuo de desecho que son los radicales libres, responsables del envejecimiento, y la Vitamina E ayuda a excretarlos”, comenta Ceballos.
Electrolitos como sodio, calcio y potasio: El intercambio de electrolitos como el sodio, el calcio y el potasio, presente en algunos alimentos, promueven la sinapsis, que es la comunicación entre neuronas.
Hierro: traslada el oxígeno y otros nutrientes por las arterias para que lleguen al cerebro por lo que es parte importante del funcionamiento de este órgano.
¿En dónde obtenerlos?
La nutricionista Mónica Carranza explica que la mejor manera de obtener los requerimientos diarios de vitaminas y nutrientes es tener una dieta balanceada que contenga variedad de alimentos.
A continuación, le presentamos los alimentos en donde puede encontrar las vitaminas y nutrientes antes mencionados.
Glucosa: la avena, arroz, frijol, plátano, yuca, papa, camote y legumbres, en general, son fuente de carbohidratos complejos, mientras que las frutas y la miel son alimentos con los que se puede obtener carbohidratos simples.
Omega 3: semillas en general (no fritas), pescados, aguacate y mariscos.
Vitamina B6: hojas verdes como la espinaca, legumbres, banano y carne de res, cerdo y pollo.
Vitamina B9: hojas verdes, legumbres y frutas, principalmente cítricos.
Vitamina B12: hígado, pescado, carne roja, huevos, leche y derivados lácteos.
Calcio, sodio y potasio: frutas, verduras, lácteos, carnes y cereales.
Hierro: mariscos, espinaca, hígado, legumbres y brócoli.
Consecuencias de la falta de nutrientes
Carranza señala que existen consecuencias provocadas por una dieta que no brinda al cerebro los nutrientes necesarios.
La carencia de alimentos como fuente de glucosa se relaciona con la hipoglicemia, que tiene síntomas asociados con el ayuno: nerviosismo, cansancio, falta de concentración, mareos y humor inestable, entre otros.
La falta de omega 3 está relacionada con los problemas visuales, mala cicatrización de heridas, alteraciones en formación de células y alteraciones de piel.
La deficiencia de vitamina B6 puede causar efectos similares a la falta de glucosa en la sangre, así como la fatiga e incluso depresión.
La falta de vitamina B9 puede incrementar el riesgo a la obstrucción en los vasos sanguíneos debido a la formación de coágulos. Además de verse involucrado en el recubrimiento de arterias.
La deficiencia de vitamina B12 provoca cansancio, trastornos neurológicos y hasta pérdida de apetito.