Durante décadas las advertencias de los médicos sobre el tabaquismo se han centrado principalmente en los riesgos físicos que los cigarrillos representan para la salud, como el cáncer de pulmón, enfermedades cardíacas, bajo peso al nacer y presión arterial alta, entre otros. Pero ahora el profesor Hagai Levine, de la Facultad de Salud Pública y Medicina Comunitaria Hadasssah Braun, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, ha publicado hallazgos relacionados con los riesgos de salud mental relacionados con el tabaquismo.
Levine y sus colegas la profesora asistente Tatjana Gazibara, de la Universidad de Belgrado (Serbia), y la estudiante de Universidad de Pristina (Kosovo) Marija Milic, encuestaron a más de 2.000 estudiantes matriculados en universidades serbias con diferentes entornos sociopolíticos y económicos.
Los investigadores descubrieron que los estudiantes que fumaban tenían tasas de depresión clínica que eran entre dos y tres veces más altas que sus compañeros que no fumaban. Específicamente, en la Universidad de Pristina, el 14% de los fumadores sufrían de depresión en comparación con el 4% de sus compañeros no fumadores, y en la Universidad de Belgrado los números fueron del 19% al 11%, respectivamente.
Además, sin importar sus antecedentes económicos o sociopolíticos, los estudiantes que fumaban también tenían tasas más altas de síntomas depresivos y puntuaciones más bajas de salud mental (como vitalidad y funcionamiento social) que los estudiantes que no fumaban.
"Nuestro estudio se suma al creciente cuerpo de evidencia de que fumar y la depresión están estrechamente relacionados --comenta Levine--. Si bien puede ser demasiado temprano para decir que fumar causa depresión, el tabaco parece tener un efecto adverso en nuestra salud mental".
El estudio se publica coincidieron con la entrada en vigor en Israel de una enmienda a la Ley sobre restricciones a la publicidad y comercialización de tabaco y productos para fumar,que exige una prohibición en todo el país de las exhibiciones de productos de tabaco en las tiendas, un aumento en el tamaño de las advertencias de las cajas de cigarrillos del 30% al 65%, y requiere que todos los productos de tabaco y cigarrillos electrónicos se vendan en envases uniformes, sin logotipos o compañías marca.
Si bien estos son pasos importantes, a la luz de los nuevos hallazgos, a Levine también le gustaría ver a los responsables políticos tener en cuenta los efectos sobre la salud mental del tabaquismo. "Insto a las universidades a abogar por la salud de sus estudiantes mediante la creación de "campus libres de humo" que no solo prohíban fumar en el campus, sino también la publicidad del tabaco", reclama al considerar que estos pasos contribuirían en gran medida a combatir los efectos nocivos que tiene el tabaquismo en el estado físico y mental.