Sabemos que la tos es una reacción normal del organismo para mantener limpio el acceso de aire de los pulmones. Es un reflejo fisiológico, un mecanismo de defensa que actúa cuando existen sustancias extrañas, infecciones o mucosidad en nuestras vías respiratorias, para tratar de eliminarlas y dejar paso libre al aire.
Tipos de Tos
Existen dos tipos de tos, la tos seca y la tos con moco. A la tos seca se la llama también tos
irritativa, tos nerviosa o tos improductiva, porque no elimina la mucosidad y sí irrita las vías respiratorias. Es muy importante frenar este tipo de tos cuanto antes, ya que a medida que tosemos va aumentando progresivamente la irritación de las vías respiratorias, entrando en un círculo vicioso del que es más complicado salir.
Ahora bien, en más del 70% de los casos la tos viene acompañada de congestión nasal que provoca dificultad para respirar.
Al tumbarnos, la tos se agudiza y se hace más continua y la congestión empeora.
Causas que provocan tos nocturna
La tos nocturna puede producirse por diferentes causas.
- Una irritación previa de las vías respiratorias superiores a causa de un resfriado, catarro o gripe. En este caso, la tos seca suele evolucionar a tos productiva (con moco).
- El calor seco procedente de los radiadores de calefacción o del aire acondicionado, que inflama las mucosas de las vías respiratorias, las espesa y las estanca, dificultando así la expulsión del moco.
- El humo de cigarrillos o el polvo doméstico o procedente del exterior
- Las reacciones alérgicas
Aunque la tos se origina en cualquier época del año (ya hemos visto sus posibles causas), es mucho más frecuente que ocurra en otoño e invierno debido a que catarros, gripes y resfriado común aumentan. También en primavera pueden ser habituales los episodios de tos derivada de las rinitis alérgicas.
La tos en los niños
Los niños sufren mucho más de esta afección, puesto que su sistema inmunológico todavía no se ha desarrollado suficientemente y son mucho más propensos a catarros y resfriados. Sobre todo si van a la guardería o al colegio, donde el contagio está a la orden del día.
Así, si combinamos todos los factores, es posible que varias veces a lo largo del año los peques pasen noches enteras tosiendo y llorando y el insomnio y la preocupación se apoderen de los mayores.
Acudir a un jarabe antitusígeno suele ser lo primero que se nos ocurre para ponerle solución. Según se indica en sus prospectos, sirven para suprimir el reflejo de la tos, pero….
¿De verdad los antitusígenos son eficaces?
Los antitusígenos son los medicamentos más utilizados en el periodo invernal. Sin embargo, mi experiencia a lo largo de los años me iba demostrando que no funcionaban, que no cumplían su objetivo de conseguir que los niños descansen por la noche.
Y buscando información para elaborar este artículo he visto confirmadas mis sospechas: Según la guía clínica del Colegio Americano de Médicos Pulmonares, “para el tratamiento de la tos en pacientes pediátricos, ningún jarabe es efectivo para el control sintomático de la tos”. Esta afirmación parece estar avalada también por diversos estudios clínicos que han demostrado que no hay diferencias entre los pacientes tratados con antitusivos y los tratados con placebo.
Además, es importante saber que éstos solo estarían indicados (si de verdad fuesen efectivos) para la tos seca, estando totalmente contraindicados en caso de tos productiva.
El asombroso Remedio de la Cebolla
Para tratar de prevenir la tos nocturna, es conveniente que la habitación en la que los niños van a dormir sea aireada cada día. Un humidificador también ayuda, puesto que permite contrarrestar la sequedad provocada por el uso de la calefacción o el aire acondicionado. Ahora bien, lo que realmente funciona es el remedio casero de la cebolla
Se trata de un remedio natural, tan eficaz como popular, utilizado desde hace muchísimo tiempo y que es útil tanto para la tos irritativa como para la tos acompañada de moco.
Con media cebolla será suficiente, la cortamos en 4 ó 5 trozos grandes y la colocamos en un bol que situaremos cerca del niño (en la mesilla, por ejemplo).
La habitación debe permanecer cerrada, para que los vapores se concentren. Si bien el olor es fuerte, en menos de 15 minutos la tos ha desaparecido y el sueño profundo la ha sustituido.
Hay quien añade a la cebolla 1 ó 2 cucharadas de azúcar y unas gotas de agua. Al parecer evita algo el fuerte olor y el agua sirve para humidificar más la habitación y que el aroma fluya mejor, pero estos aditivos no son necesarios para lograr su eficacia.
A la cebolla se le considera un expectorante natural y algún estudio concluye que favorece la eliminación de bacterias y estimula la limpieza de las vías respiratorias, lo que pueden ayudar a controlar la tos. Lo cierto es que no hay suficientes pruebas científicas para apoyar (o descartar) su eficacia y que para llegar a una conclusión se necesitan más estudios clínicos.
Efectivamente existen detractores de este remedio, como es lógico. Mi propuesta es que se compruebe por uno mismo. Es barato y no tiene efectos secundarios como los jarabes.
La cebolla tiene una serie de propiedades que conviene conocer, y también es el componente principal de otros muchos remedios y aplicaciones.
Si el olor te resista insoportable, puedes probar con otros remedios naturales para la tos, como el aceite esencial de lavanda.
No obstante, debe acudirse al médico si la tos persiste tras una semana, si se intensifica, si aparecen complicaciones como fiebre, dolor de pecho o náuseas y si se percibe dificultad para respirar.