Agua de avena, ¿un desperdicio?
Los cereales forman parte importante de la alimentación diaria. Entre los destacados incluimos al arroz, el trigo y el maíz como los más consumidos, pero la avena, ha ganado popularidad a través de los años por sus propiedades nutricionales favorables.


La avena contiene hidratos de carbono (carbohidratos) principalmente (en un 60%), proteínas (11-15%), grasas (5-9%) no saturadas (grasas saludables), fibra (principalmente betaglucano) y fitonutrientes.


Un remedio muy popular es tomar “agua de avena” para reducir el colesterol elevado. Por tanto, nos detenemos a revisar las propiedades de este alimento que podrían contribuir a mejorar la hipercolesterolemia.


La avena (ó Avena sativa, por su nombre científico), es un cereal cuyo grano contiene fibra dietética soluble, en la que destaca el betaglucano como factor responsable de la reducción del colesterol y glucosa en sangre. Otros alimentos que contienen este tipo de fibra son la cebada, y en menor proporción, el maíz, el trigo, hongos (como el Shiitake) y algunas algas marinas. (Khawaja, 2017)


En el organismo, el betaglucano forma geles viscosos en el tracto gastrointestinal, retrasando el vaciamiento gástrico e interfiriendo con la actividad de algunas enzimas que retrasan la absorción de algunos nutrientes, siendo ésta una de las teorías de la disminución del colesterol. (Aparicio, 2016)


¿Entendiendo esto, es el agua de avena beneficiosa?


La avena lo es, pero cuando se toma agua de avena, estamos dejando el mayor contenido de fibra en el cereal, pues el agua no preserva la fibra ni las propiedades nutricionales sugeridas en este cereal. También, para mejor aprovechamiento, se sugiere someter la avena a temperaturas elevadas en su cocción para mejor digestibilidad, absorción y retiro de algunos “antinutrientes”.


¿Qué pasa si se licúa y se toma el cereal completo?


Podríamos conseguir los beneficios nutricionales, aunque en su versión cocida, es más recomendable.


¿Debemos considerar la porción a utilizar de avena?


El valor energético de la avena es de aproximadamente 150 kilocalorías en ½ (media) taza, cruda, lo cual es similar a dos (2) rebanadas de pan integral. ¡Importante para el control de peso corporal!


En el control del colesterol dietético, se incluyen alimentos que ayuden a limitar la absorción intestinal del colesterol (ej. la avena, frutas con cáscara), pero también, deberán retirarse alimentos altos en colesterol (como embutidos, carnes procesadas y otras grasas saturadas). Es típico encontrar que el paciente continúa alimentándose de forma ordinaria, sólo agregando el agua de avena como remedio.


La recomendación sería incluirla en su versión integral, considerando su porción, pudiendo agregarle limón, canela, nuez moscada y otras especias sin recurrir al uso de edulcorantes. Existen muchas recetas variadas donde incluir la avena, con sus granos completos, podrían permitirnos apreciar el sabor, textura y sus propiedades nutricionales.


En una era de abundante información, nos compete mantenernos actualizados y basados en evidencia científica para conseguir los beneficios de una alimentación saludable.

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Escrito Por Redacción A
Thursday, March 21, 2019
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