El síndrome del corazón roto es una dolencia descrita por primera vez en 1990. Hasta aquel momento, muchos de sus síntomas no terminaban de entenderse, hasta que, finalmente, llegada esta década se supo que estamos ante una dolencia cardíaca relacionada con nuestras emociones.
Se le conoce también como el síndrome de Takotsubo, y en el 85% de los casos, tiene como desencadenante un evento emocional o una situación de estrés elevado. La reacción que sufre el corazón tras este impacto acontece minutos u horas después.
Algo que hemos de tener en cuenta sobre esta dolencia cardíaca es que, es muy común entre las mujeres, pero no es mortal. Implica, eso sí, el tener que pasar unos días en cuidados intensivos. En la mayoría de los casos, las pacientes se recuperan.
Ahora bien, no deja de ser “un aviso”, una reacción de nuestro corazón que, conectado con nuestras emociones y la presión psicológica de nuestro entorno, nos indica que hay algo que no estamos haciendo bien. A continuación te damos 3 datos para conocer en profundidad cómo cursa el síndrome del corazón roto.
El síndrome del corazón roto y el infarto de miocardio
El síndrome del corazón roto o Takotsubo es una miocardiopatía que aparece, de forma abrupta e impredecible, sin que haya dado síntomas previos. Los síntomas, suelen ser los siguientes:
- Dolor intenso en el pecho.
- Dificultades para respirar (Falta de aliento y sensación de ahogo).
La mayoría de los pacientes acuden a urgencias con la seguridad de que están sufriendo un ataque al corazón. Luego, los análisis médicos suelen presentar las mismas características que un infarto de miocardio, tanto en las pruebas bioquímicas como en el electrocardiograma.
Sin embargo, las arterias coronarias de los pacientes están sanas y en ellas no hay anomalías, lo cual es ya una de los primeras pistas para diferenciar esta dolencia de un ataque cardíaco.
Hemos de tener en cuenta que, muchas veces, los propios médicos se ven ante el desafío de diferenciar un cuadro clínico de otro, por ello, lo más común es ingresar al paciente en cuidados intensivos y monitorizar todas sus constantes.
No obstante, los cardiólogos nos indican que una forma definitiva a la hora de diagnosticar el síndrome del corazón roto es mediante un estudio de rayos X.
Debido a esta enfermedad, el ventrículo izquierdo suele presentar una pequeña anomalía.
¿Qué es realmente el síndrome del corazón roto?
La primera vez que se describió esta enfermedad fue en Japón, y recibió este nombre por un tipo de vasijas que utilizaban los pescadores, las Tako-Tsubo, algo abombadas y con el cuello estrecho.
El corazón de los pacientes que sufren esta enfermedad presenta, de forma temporal, una forma similar. La causa de la variación de este órgano puede responder a las siguientes razones:
Tras un impacto emocional, tras una mala noticia, una decepción muy intensa o una situación de estrés muy elevada, nuestro corazón experimenta un pequeño cambio en el ventrículo izquierdo.
Este cambio en la estructura cardíaca se debe a una liberación desmesurada de catecolaminas, unas sustancias similares a la adrenalina que, a dosis muy altas, tienen un efecto “tóxico” sobre el corazón.
Sufrimos taquicardias, dolor en el pecho, ahogos, mareos, sudoración, aumento de la presión arterial, etcétera. Y todo este impacto bioquímico hará que el músculo del corazón cambie, pero esa variación el la aurícula izquierda será temporal.
La mortalidad es muy baja, apenas de un 5 por ciento. Las personas que sufren más complicaciones es porque tienen enfermedades previas o porque presentan una edad avanzada.
No obstante, lo más común es pasar unos días en el hospital y recuperarse en unas pocas semanas.
Las mujeres y el síndrome del corazón roto
Según nos indican numerosos estudios poblacionales y de género sobre el síndrome del corazón roto, esta dolencia es más común en mujeres con edades comprendidas entre los 50 y los 65 años.
La incidencia en hombres no suele superar el 10% Por ello, es importante que tengamos en cuenta los siguientes datos:
- Según la Fundación española del corazón, las mujeres con más riesgo de sufrir el síndrome del corazón roto son mujeres posmenopáusicas no fumadoras y con niveles normales de colesterol, tensión y azúcar.
- Lo más común es que sean mujeres con una vida muy activa que, en un momento dado, sufren un impacto emocional intenso: la muerte de un familiar, el diagnóstico de una enfermedad grave, un problema emocional, un nivel de estrés familiar elevado, etcétera.
- Los médicos nos recuerdan la necesidad de que, en la medida de lo posible, intentemos gestionar estas situaciones tan complejas en que nos suele poner la vida en el momento menos pensado.
Aunque suene fácil de decir y muy complicado de aplicar, es necesario impedir que nuestras emociones nos desborden hasta el punto de perder el control.
Es entonces cuando el cerebro reacciona y provoca esta liberación tan peligrosa de catecolaminas que afectan directamente al corazón. Hemos de tenerlo en cuenta.