A simple vista parece una meta positiva -¡y en realidad lo es!-, pero la forma en que la planteas podría afectar su cumplimiento.
Según Dominique Barkhausen, coach de salud holística formada en el Institute for Integrative Nutrition, tus propósitos relacionados con la alimentación y, en general, con hábitos de vida saludables, deben cumplir, de inicio, con dos requisitos básicos: ser concretos y realistas.
“Lo más importante es establecer una meta real, no una meta insostenible en el tiempo”, dice la también fundadora de Vita Healthy & Fit.
“Comer saludable no es una meta concreta”, agrega, “no tienes cómo medirla y te vas a perder de camino”.
Así que toma lápiz y papel (o tu computadora o celular) y, luego de un análisis concienzudo, establece objetivos claros y medibles. ¿Ejemplos? Perder una cantidad específica de libras en un tiempo determinado, tomar cierta cantidad de agua cada día, hacer ejercicio cuatro o cinco veces a la semana o agregar una cantidad concreta de porciones de fruta o vegetales en tu menú diario.
Esta precisión no solo allana el camino para saber qué hacer; te ayuda a darle seguimiento a tu progreso a lo largo del año. De lo contrario, antes de llegar a diciembre, como suele ocurrir, abandonarás tu propósito.
“Si no revisas, estás en camino al fracaso”, sentencia Barkhausen, “porque no le estás dando seguimiento”.
(Consejos)
Una vez hayas definido objetivos claros respecto a lo que quieres lograr, podrás ponerte en marcha. Barkhausen comparte algunas sencillas pautas que te serán de utilidad:
1. Hidrátate
No es llover sobre mojado; es que, en realidad, muchos todavía no aprenden esta lección.
“Creemos que sí, pero no tomamos suficiente agua”, asegura la coach de salud holística.
Hazte con una botella o termo y llévalo contigo todos los días. Esto, además de “obligarte” a tomar agua, te ayuda a saber qué cantidad del líquido ingieres. Registra el volumen que tomas (al menos en los primeros días) para conocer tu comportamiento en ese sentido (existen aplicaciones móviles que te ayudarán a llevar este registro).
2. Prepara comidas de antemano
¿No tienes ayuda en casa y cuando llegas del trabajo el cansancio te impide preparar un plato saludable? Toma un día de tu fin de semana o cualquier otro que tengas libre para hacer preparativos básicos. Si, por ejemplo, tienes todos los vegetales lavados, precortados y organizados en tu nevera, se te hará mucho más fácil la tarea de cocinar.
3. Come más despacio
La forma más sencilla de lograrlo es ¡contando! ¿Cómo así? Dicen expertos que hay que masticar cada bocado entre 15 y 20 veces. Como resultado, no te excederás en la cantidad de comida que consumas (podrás parar cuando sientas la sensación de saciedad) y digerirás mejor los alimentos. Esto implica que debes comer de manera consciente y no en piloto automático.
4. Escucha a tu cuerpo
Barkhausen asevera que la idea de hacer cinco comidas al día es un mito: “Si usted no tiene hambre, no hay que comer”.
Aclara, sin embargo, que algunas personas que solo acostumbran a hacer tres comidas llegan a su casa con mucha hambre en la noche y se dan un atracón. A ellas, definitivamente, les convendría merendar para no llegar a la noche con tanto apetito.
5. Ejercítate
Una buena alimentación no está completa sin actividad física. Piensa en actividades sencillas, que te gusten y puedas realizar tres o cuatro veces por semana: caminar, montar bicicleta, hacer zumba, bailar... “Busca eso que a ti te guste. Yo veo a mucha gente que fracasa en el intento porque se apunta al crossfit, aunque no le gusta, solo porque va la prima o porque está de moda”, dice la experta.
6. Contrólate
En una era en que todas las actividades giran en torno a la comida, debes desarrollar el autocontrol y aprender a decir que no ante las ofertas que amenazan con desviarte de tu propósito.
“Si tu meta no está clara -advierte Barkhausen-, vas a deslizarte”.
7. Ve más despacio
No es un consejo relacionado con la comida, pero no por ello resulta menos importante. Al contrario, según Barkhausen, muchas personas que se proponen bajar de peso no logran su cometido porque tienen un estrés y una carga de trabajo muy grande.
Dominique Barkhausen.
Desde su adolescencia se interesó en la buena alimentación, pero fue en Miami, adonde llegó a estudiar en 2011, donde nació su pasión por el estilo de vida saludable. En el 2013 comenzó a publicar en Instagram los platos que ingería y, de vuelta en RD, empezó a preparar jugos prensados en frío (cold-pressed juices) para sí misma y luego para otros. En 2014 fundó el primer juice bar Vita. Se certificó como coach de salud holística en el Institute for Integrative Nutrition.