El “golpe de calor” es una condición de emergencia que debemos conocer e identificar las estrategias de prevención. Se trata de un cambio brusco en la temperatura del cuerpo (elevada) que podría producir síntomas como mareos, confusión, palpitaciones, pérdida del conocimiento, ausencia de sudoración y cuyo principal método preventivo consiste en la hidratación.
¿Quiénes son más susceptibles al golpe de calor?
Los envejecientes (o adultos mayores de 65 años), niños, atletas y aquellos que se exponen a exteriores de forma prolongada (obreros, ingenieros, vendedores, etc.)
¿Cómo podemos hidratarnos para evitarlo?
Parecería lógico hablar de la ingesta de agua, esos 8 vasos de agua al día que no son recomendación exacta pero se acercan a una cantidad sugerida. A pesar de ser una necesidad conocida, muchos no ingieren la cantidad que requieren de forma individual.
Un atleta no debe consumir lo mismo que un ejecutivo de oficina, pues la sudoración le exige un mayor aporte para reponer la pérdida de líquidos.
También existe un grupo de personas que no disfruta tomar agua natural, ya sea por un sabor metálico, poco hábito o simplemente desagrado.
Además del agua, ¿Cómo podemos hidratarnos?
Entre las variedades “sin calorías” se encuentra el agua carbonatada o “con gas”, los sueros de hidratación (aportan electrolitos), el té caliente o frío (en todas sus variantes naturales).
Aquellos con un aporte de calorías, principalmente azúcar, son los jugos de frutas (aunque no se le añada azúcar adicional), bebidas deportivas, agua de coco, bebidas energéticas (no recomendadas por la cafeína) y el alcohol.
Consideremos también de forma muy importante, el aporte de agua que nos proporcionan los alimentos (aprox. un 20%) como las verduras (lechuga, tayota, berenjena, pepino, calabacín, tomate), frutas (naranjas, melón, piña, sandía, mandarinas), lácteos descremados y pescados.
Un estudio científico reportó que las personas que realizan menos de 1 hora de ejercicio por día, no requieren del aporte adicional de electrolitos y que el agua resulta suficiente para hidratarse junto a una alimentación equilibrada.
Nos preocupa que en este período donde muchos optan por hidratarse de forma compensatoria al calor, se eligen batidas de frutas, helados y alcohol, alternativas que no hidratan de forma similar al agua y promueven el sobrepeso u obesidad. Tomemos en cuenta que las recomendaciones para pacientes con fallo cardíaco o alguna condición renal son especiales y debe consultar con su médico.