Existe un fenómeno llamado “interacción alimento-medicamento”, que se traduce en el efecto que producen algunos alimentos en la acción de un fármaco. Esto es importante, pues de no considerarse, la acción del medicamento podría potencializarse (aumentar su efecto) o inhibirse (no funcionar adecuadamente) cuando interactúa con algún alimento.
Un ejemplo de interacción sucede con la toronja también llamada pomelo. Su ingesta diaria (como fruta o jugo) se ha relacionado con la potencialización (aumenta) la efectividad de más de 80 medicamentos.
¿Cómo puede la toronja alterar la función de un medicamento?
Dentro de sus ingredientes se encuentran unas sustancias químicas llamadas “furanocumarinas” que bloquean la metabolización del medicamento a nivel hepático (hígado) e intestino ocasionando que aumenten considerablemente su efecto.
¿Cuáles son los medicamentos que interactúan con esta fruta?
Existe una larga lista de fármacos que pueden interactuar, pero entre ellos, resalto algunos de uso frecuente:
Para el colesterol (ej. atorvastatina, simvastatina).
Control de presión arterial (ej. amlodipina, nifedipina)
Control de arritmias (latidos anormales del corazón) como amiodarona, propafenona.
Benzodiacepinas (ej. diazepam, alprazolam)
No todas las personas obtendrán el mismo grado de interacción fármaco-nutriente, pues dependerá de qué tanto medicamento esté utilizando. Un ejemplo es si se encuentra en altas dosis del medicamento para el colesterol (ej. atorvastatina) y utiliza el jugo de toronja diariamente, los efectos adversos pueden manifestarse de forma que exista elevación significativa en las enzimas hepáticas o dolor muscular.
Evite hacer “la dieta de la toronja” muy conocida por nuestros abuelos y si está utilizando algún medicamento, revise su interacción con alimentos para evitar posibles efectos indeseados. El alcohol es otro elemento cuya interacción con otros medicamentos potencializa sus efectos por lo que se evita la ingesta junto a los mismos.