Normalmente son los jóvenes quienes se realizan cortes a sí mismos, con mayor incidencia en el sexo femenino, en las edades comprendidas entre los 11 y 20 años, por ser una de las etapas en las que se experimentan más cambios, tanto físicos como psicológicos.
No contar con las herramientas necesarias para manejar el dolor emocional puede ser el detonante que lleve a los adolescentes a recurrir al dolor físico como una forma de calmar la angustia que les invade, la cual puede tener sus causas en la pérdida de una relación, tanto amorosa como de amistad, la muerte de una persona importante, una preferencia sexualmente inhibida, abuso físico o psicológico.
De acuerdo con Yndrid Franco, psicóloga clínica y terapeuta familiar, hay que romper con el mito de que las cortaduras solo se hacen para llamar la atención. Franco señala que esto, en todos los casos, es una señal de alerta de que algo anda mal, y nunca debe ser visto como una manipulación.