Estas son las ventajas de ejercitarse en el embarazo:
Reduce los dolores de espalda, el estreñimiento y las hinchazones.
Una rutina diaria o interdiaria con pesas ayuda a fortalecer los músculos y te da más resistencia para contrarrestar el peso que cargarás, además de contribuir a tener una mejor postura. Ejercitar los brazos resultará necesario una vez que el bebé nazca.
Mantener una buena circulación con movimientos coordinados evita la sensación de estar hinchada todo el tiempo y facilita el proceso de digestión de los alimentos.
Mejora tu estado de ánimo, aumenta la energía y previene la depresión postparto.
Asistir a un centro fitness mientras estás embarazada tiene muchos beneficios positivos en el humor. Tener la oportunidad de compartir con otras mujeres en el mismo estado puede hacer el proceso más grato.
Cuando haces algún tipo de actividad física produces endorfinas o serotoninas llamadas hormonas de la felicidad; éstas a su vez te proporcionarán energía y buena actitud para continuar el día.
La labor de parto se hace más fácil y corta.
Si está en tus planes tener a tu bebé de forma natural debes tener en cuenta este beneficio. Cuando tienes un abdomen fortalecido y una buena resistencia cardiovascular te sentirás más fuerte a la hora de dar a luz. La labor de parto puede ser muy agotadora y dolorosa, pero está comprobado que si tienes una condición física saludable se facilitará grandemente.
Te mantendrá en un buen rango de peso.
No es secreto que durante esos 9 meses te antojas de todo y que hasta el aire te engorda, por lo que una forma natural de controlar esas libras de más es manteniéndote activa.
La alimentación balanceada juega un rol importante como siempre, pero si logras el balance entre la cantidad y calidad de alimentos que ingieres y la frecuencia de entrenamientos a la semana, podrás recuperar tu figura anterior con menos sacrificios y mucho más rapidez.
Reducirás el riesgo de contraer diabetes gestacional.
Este tipo de diabetes puede presentarse en tu embarazo cuando tu cuerpo no puede producir la insulina de forma eficiente. Si bien es cierto que comer saludable es importante, mantener una actividad física regular puede contribuir también a la prevención de esta enfermedad.
Una vez decides iniciar algún programa de entrenamiento debes tomar en cuenta la intensidad del mismo y no tanto la frecuencia o el tiempo. Aunque es totalmente recomendable para tu salud mantenerte activa, durante tu embarazo no es un buen momento para probar esa clase de “kick boxing” que tanto has querido tomar.
Debes tener cuidado de entrenar en lugares seguros donde no corras el riesgo de tropezarte. Actualmente muchos de los gimnasios o centros fitness especializados poseen programas exclusivos para embarazadas. Entre las clases más populares están: “aqua” aeróbicos, pilates para embarazadas, yoga prenatal, entrenamientos con pesas, zumba “gold”, entrenamientos con pesas, y caminar.
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