Las psicólogas y terapeutas sexuales y de pareja, Celidee Roa y Heidy Camilo explican que al iniciar vida sexual muchas mujeres no se vinculan sexualmente de forma sana, pues al no conocer ni amar su propio cuerpo no podrán abandonarse al placer.
“En ese momento aparecen los trastornos sexuales como la anorgasmia (no llegan al orgasmo), también los trastornos del deseo, o deseo sexual de mínimo a inexistente”, explican. Para retomar ese vínculo sano con el cuerpo se deben identificar esas ideas distorsionadas sobre la sexualidad y el propio cuerpo, sustituyéndolas por un sistema de creencias racional y funcional, reconociendo que todos los cuerpos son sexuados y esto es natural.
“En la búsqueda de conexión con el cuerpo es de vital importancia observar y tocar el propio cuerpo para asumirlo desde el amor, el cuidado y el respeto. En las mujeres esto es indispensable para crear un vínculo de empatía con nosotras mismas”, explica Heidy Camilo.
Mientras que Celidee Roa detalla que al iniciar un proceso de autoexploración, la mujer, inicia un acercamiento saludable y puede establecer relaciones de buenos tratos con una pareja, donde podrá solicitar qué desea, cuándo y cómo desea ser tocada sexualmente. “Una mujer empoderada es dueña de su disfrute sexual asumiendo conductas de autocuidado en el tema sexual, como son la negociación del uso del preservativo y el tema de la decisión de tener o no tener hijos”, dijo.
Según Camilo a veces nos dicen que esas “zonas prohibidas”, es decir nuestras zonas erógenas, deben ser evitadas, esto provoca no solo un desconocimiento sobre el propio cuerpo y la funcionabilidad del mismo, sino que promueve una relación tóxica con sus genitales, que provoca que con el tiempo la mujer sienta vergüenza, miedo y culpa al mirar o tocar su vulva.
Represión en muchas culturas
En muchas culturas encontramos aún en la actualidad prácticas mutiladoras como la ablación o mutilación genital femenina, donde a las niñas se les corta el clítoris con el objetivo de prohibir el disfrute y placer sexual, esto en clara violación de los derechos humanos de la mujeres.
Camilo explica que en otros países con una ideología machista y con una educación sexual coercitiva donde se utiliza la culpa y la vergüenza como elementos de control en la mujer, de cierta forma se provoca una mutilación genital femenina, debido a que desde que nacen les manifiestan que su cuerpo es feo.
Además de que nuestros genitales no deben ser visibilizados y mucho menos nombrados. “Por ejemplo, a la mano le decimos manos, a los ojos, ojos, pero la vulva en nuestro país tiene más de cien nombres, todos descalifantes o avergonzantes”, concluye.