Sin embargo, la autoestima no es algo estable. La muerte de un familiar, un desengaño amoroso u otra situación que nos golpee duramente pueden provocar que esta se tambalee.
No obstante, que se desestabilice no implica que caiga en picado, como sucede en muchas ocasiones en las que todo se nos va de las manos.
La falta de toma de decisiones, los problemas no resueltos, la acumulación de emociones pueden ser desencadenantes de una gran infelicidad que vendrá de la mano de una muy baja autoestima.
Sube tu autoestima para ser feliz
Ser feliz no es más que sentirse en paz, notar ese bienestar que nos rodea y que nos hace sentir extremadamente bien, como en sintonía con todo y con todos.
Sin embargo, las creencias, los problemas que hayamos tenido de pequeños y los golpes que nos da la vida pueden tirar nuestra autoestima a un pozo sin fondo.
El gran problema de que esta esté tan hundida es que nos refugiamos, a veces, en el victimismo, en las quejas y, de forma inconsciente, buscamos amparo en nuestra zona de confort.
De repente nos ponemos “en pausa”. No vivimos plenamente nuestra vida, los miedos nos rodean, la inseguridad nos sobrecoge y el tiempo pasa por delante de nuestros ojos como si no valiese nada.
Sin embargo, quienes no están valiendo nada somos nosotros, que nos hacemos daño creyendo esto cierto y actuando en contra de nuestro bienestar.
¿Cuántas veces has estado en una relación tóxica a la que no le has sabido poner fin? ¿En qué ocasión te han humillado y te has quedado sin saber qué hacer?
El miedo, las dudas, la vergüenza, el “si es apropiado o no”, el “cómo reaccionará el otro”, “qué pasará con mi vida” o “no voy a saber vivir sin…” son pensamientos que autosabotearán nuestra autoestima y nos harán sentir muy mal.
Priorízate, los demás vienen después de ti
Si hay algo que afecta de forma importante a la autoestima es que el hecho de no creerte suficientemente válido o no apreciarte y valorarte provoca que pienses antes en los demás que en ti.
Los demás lo merecen todo, pero tú no; debes amar a otros, pero tú no mereces ser amado… Esto pensamientos provocan que esperes de los demás lo que tú mismo no te das.
Al no priorizarte, al dejarte de lado, sufres. Tu autoestima está en el suelo y con esta actitud no conseguirás levantarla.
Es posible que te consideres egoísta por priorizarte, por pensar en tu bienestar antes que en el de los demás.
No obstante, si tú no estás bien, ¿cómo hacer que los demás estén bien? ¿A costa de tu felicidad? ¿Sacrificándote? ¿Qué ganas con esto?
Nadie va a velar por ti ni a quererte ni a darte el valor que mereces si tú no lo haces contigo mismo.
Más que nada porque no podrás dar nada que no esté en ti. Cada vez que des amor, será un amor vacío, pues no puedes dar algo que no te das a ti porque entonces ¡no lo tienes!
¿Eliges ser feliz?
La mayoría de los problemas que surgen en las relaciones, aquellos en los que entramos en bucle y de los que no vemos salida posible tienen que ver con nuestra autoestima.
Por eso debemos prestarle una especial atención porque, si nos sentimos mal, es que hay algo en nosotros que tenemos que reparar.
No podemos esperar que otros lo hagan o ignorar lo mal que estamos volcándonos en los demás y dándoles lo que no nos damos a nosotros.
Esto es un verdadero suicidio.
Alimentaremos nuestro malestar, nos vaciaremos y nos convertiremos en un agujero negro que absorberá todo lo negativo que exista alrededor.
Tu autoestima es la clave para ser feliz, pero para esto tienes que verte a ti, priorizarte, darte importancia y sanar todo lo que te está haciendo daño.
De nada sirve que te vuelques en los demás si te olvidas de ti mismo. Eres la persona más importante, con la que pasarás el resto de tu vida.
Cuídate, porque, si tú no lo haces, nadie más lo hará por ti.
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