Quizás ya bajaste unos kilos, pero de pronto te has estancado y por más medidas que tomas, ya no se mueve la aguja de la báscula. Y mucho menos en la dirección en la que esperas.
A mí me pasó dicha situación y estuve a punto, en un momento de desesperación y desánimo, de “tirar por la borda” mi trabajo y regresar a mis malos hábitos.
Por esto te digo: detente, respira y permíteme compartirte lo que descubrí en mi propia búsqueda del peso saludable. Acompáñame:
Inflamación crónica
Es curioso, pero sin que nos demos cuenta, muchas veces estamos inflamadas. Y puede tratarse desde la más común inflamación, como la del vientre, tener una “panza” inflamada por la tarde o todo el día; aunque no lo creas, esa inflamación aumenta peso que no va a disminuir, pues puede tratarse de quistes o tumores que pesan.
Una amiga, hace un mes, se operó de un tumor de 2.5 kilogramos. ¡Imagínate! ¿Cuándo iba a perder tantos kilos solo con dieta o ejercicio? ¡Imposible!
Acude a consulta médica y descarta problemas como: colitis, intolerancia a los lácteos y retención de líquidos, pues no sólo el vientre, sino otras partes de nuestro organismo pueden presentar inflamación constantemente.
Depresión o problemas familiares
Si anímicamente no estás bien, tu cuerpo se va a “proteger”. Y una manera es “cubrirse” con una capa de grasa formando una barrera al mundo que le agrede. Muchas mujeres que han sufrido algún tipo de abuso tienden a desarrollar obesidad mórbida.
Hormonas traicioneras
¡Ni modo! Las hormonas son las hormonas y son traicioneras. Si estás en tus cuarenta, bajar de peso es un reto titánico, pero no imposible. Es cosa de paciencia y visitar al médico para revisar tus niveles y ver si requieres de algún respaldo hormonal.
Atiende lo que el doctor te prescriba y ya verás que te sentirás mejor, pero por lo que más quieras, ¡no abandones tu dieta o rutina de ejercicio!
Tiroides y su presencia desapercibida
Nuevamente, visita al médico para que revise tu tiroides, es muy importante, porque si tu tiroides está fallando, hagas lo que hagas no vas a bajar de peso pero sí generarte una gran anemia u otro problema serio.
Baja de peso al dormir
Hay que dormir ocho horas. ¡Es el sueño de belleza!, ¡de recuperación! Tu cuerpo no va a mejorar o a repararse si no se lo permites. Dormir es fundamental y no sólo dormir, descansar es lo importante.
Revisa qué es lo que te está impidiendo descansar y haz los arreglos necesarios para que llegues a la cama y sigas bajando de peso.
Dejar de tajo los malos hábitos
Cuando uno decide cambiar su vida y buscar la salud, abandona de tajo todos los malos hábitos. Ten paciencia, y no caigas en la trampa de regresar a esas viejas prácticas que te hacían más mal que bien, como el sedentarismo prolongado o no beber agua diariamente.
Estreñimiento y lavados de colon
Si no vas al baño regularmente o tu tránsito intestinal es lento, puedes estar cargando hasta ¡3 kilos de excremento! Aunque no lo creas, ¡así es! Para contrarrestar esto: en tu dieta incrementa cereales, fibra; haz ejercicio, masaje intestinal, ingiere mucho líquido e inclusive, en un caso extremo, pregunta por los lavados de colon, que consiste en introducir una gran cantidad de líquido para lavar el colon y los intestinos… Es tal la limpieza que de inmediato bajas poco más de un kilo, todo depende de qué tan congestionados estén tus intestinos.
No hay un peso ideal para todas, existe un peso saludable para cada mujer según su edad e historia personal. Tu peso ideal está a tu alcance, no te desesperes, continúa, no desistas y visita a los especialistas en salud.
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