El cereal que viene listo para comer puede contribuir a que tengas un desayuno conveniente, saludable y balanceado, sobre todo si está hecho de granos enteros, es bajo en azúcar y se sirve con fruta fresca.
Según el tipo que escojas, puede tener tanta proteína como un huevo, la misma cantidad de fibra que la avena y casi el mismo calcio que una taza de yogur, si le has puesto leche baja en grasa.
Los buenos cereales listos para comer también suelen estar fortificados con vitaminas y minerales, incluyendo vitaminas B y hierro, lo que puede ayudar a que logres tus objetivos diarios.
Para asegurarte de que tu cereal del desayuno es saludable, busca uno con al menos 3 gramos de fibra (4 o 5 granos es mucho mejor) y menos de 8 gramos (dos cucharadas de té) de azúcar.
Los peores son los cereales que más azúcar y menos fibra y proteína tienen, que pueden causar un aumento de niveles en la sangre o un accidente antes del almuerzo.
Un consejo: si tu hijo no puede hacer de manera inmediata la transición entre el cereal más azucarado y el más saludable, considera ponerle algo del primero en el segundo.
Las porciones también juegan un papel clave en la evaluación de si los cereales son sanos o no y suele ser fácil que nuestras tazas se rebosen. Considera la opción de usar una taza de medidas para servirte lo justo, con lo cual también tendrás las calorías bajo control.
Y ten cuidado del lugar donde guardas el cereal: un reciente estudio de Cornell encontró que las mujeres que desayunan sentadas en el mostrador de la cocina pesan 20 libras más que sus vecinas que no lo toman allí.
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