El hígado puede inflamarse por toxinas, medicamentos, hepatitis autoinmune o infecciones virales. También, el consumo de alcohol sin moderación puede causar daños a los tejidos.
La hepatitis aguda inducida por el alcohol puede ser sólo una respuesta temporal a un exceso de consumo, pero cuando se convierte en una afección crónica, amenaza con causar daños permanentes en el hígado, señala la doctora Sengupta, directora médica del programa multidisciplinario de alcohol del Departamento de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición de Cleveland Clinic.
No existe una fórmula única que conduzca a la hepatitis inducida por el alcohol. Algunas personas son más sensibles y sus hígados reaccionan incluso a un consumo moderado, mientras que otros pueden beber más sin inducir hepatitis. Las diferencias genéticas pueden explicar parcialmente esto, es posible que corran más riesgo aquellas personas con antecedentes familiares de trastorno por consumo de alcohol o enfermedad hepática.
La especialista de Cleveland Clinic indica que, si nos fijamos en las definiciones de cuánto alcohol es suficiente para causar lesiones, los expertos dicen que son 40 gramos de alcohol para las mujeres y 60 gramos para los hombres, ya que ellos pueden tolerar más.
“Probablemente no hay una cantidad segura de alcohol que hayamos podido definir. Cada uno tiene su propio riesgo, y probablemente al final del día, menos es más”, asegura la doctora Sengupta.
Los signos y síntomas de la hepatitis asociada al alcohol pueden ser realmente inespecífico, esto hace que a veces sea un poco difícil de diagnosticar. Pero los síntomas más específicos son el aumento de peso, en particular la hinchazón abdominal, la distensión abdominal debido al líquido en el abdomen llamado ascitis, y luego, contrariamente a la intuición, la pérdida de peso, pero no grasa, solo pérdida de masa muscular.
Durante su participación en Butts and Guts podcast, la especialista dijo que se puede tener ictericia o ictericia escleral, coloración amarillenta de la piel o de los ojos, y también erupciones cutáneas muy particulares.
Diagnóstico
El especialista comenzará preguntándole sobre su historial clínico, incluido el consumo de alcohol. Lo examinará en busca de signos de daño en los órganos involucrados. Esto puede incluir una serie de pruebas, como análisis de sangre, pruebas de imagen y biopsia de hígado.
Los análisis de sangre y orina para detectar alcoholes son cada vez más comunes. Pruebas de imágenes para visualizar el hígado y buscar signos de inflamación y daño, y la biopsia hepática que puede realizarse tomando una muestra de tejido hepático a través de una aguja hueca que se inserta en el hígado.
El tratamiento
El tratamiento para la hepatitis alcohólica incluye abstenerse de consumir alcohol. Esto es lo primero y más importante. A veces se recetan medicamentos, pero existen pautas muy claras sobre cuándo se deben recetar esteroides. Los pacientes deben cumplir con los criterios de hepatitis alcohólica grave, no tener infección ni sangrado y no tener daño renal.
Además, se están estudiando el GCSF y otros medicamentos aprobados por la FDA para otras indicaciones. En el corto plazo, habrá más opciones médicas además de los esteroides.