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El poder de la dieta en la prevención cardiovascular
Las enfermedades que afectan el corazón y los vasos sanguíneos son muy amplias, y el problema a menudo se debe al cúmulo de grasa en las arterias (ateroesclerosis), formando placas que las obstruyen y llevan a la persona a presentar un infarto agudo al miocardio.
Por tal razón, la doctora Danae Pérez plantea que una dieta y un estilo de vida saludables son las mejores armas para luchar contra la enfermedad cardiovascular.
“Es bien aceptado de que la dieta tiene una influencia significativa en el desarrollo y la prevención de la enfermedad cardiovascular, los alimentos considerados saludables o perjudiciales han variado con el paso de los años”, afirma la Diabetologa nutrióloga.
Para esta especialista en nutrición, una dieta saludable puede evitar enfermedades cardíacas, a pesar de que cambiar las costumbres alimenticias suele ser difícil.
“La cantidad de lo que comes es tan importante como lo que comes. Sobrecargar el plato, servirte otra porción extra te lleva a comer más calorías de las que debieras y por tal razón aumentas de peso”, dice.
Pérez resalta que varios patrones dietéticos han demostrado que para reducir la presión arterial y mejorar la salud cardiovascular es necesario adoptar el patrón dietético DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension), que es rico en frutas, carnes magras, hortalizas, verduras, lácteos con poca grasa, y frutos secos; pobre en sodio, grasas totales y grasas saturadas y con las calorías apropiadas para el control de peso. “El cumplimiento de esta dieta requiere modificar muchos hábitos: comer el doble del promedio de raciones diarias de frutas, hortalizas, verduras y productos lácteos; reducir en un tercio el consumo habitual de ternera, cerdo y jamón; comer la mitad de las cantidades usuales de grasas, aceites y aliños de ensaladas; y consumir un cuarto de los dulces”, indica.
Para aquellas personas con intolerancia a la lactosa, explica que podrían necesitar añadir la enzima lactasa o bien emplear otras estrategias para sustituir a la leche. En ese sentido, detalla que es importante valorar la disposición del paciente para hacer cambios, e involucrar al paciente en la resolución de problemas, toma de decisiones y el establecimiento de objetivos son estrategias conductuales que podrían mejorar el cumplimiento.
La diabetóloga aboga porque los adultos jóvenes consuman menos de 2.400 mg de sodio al día. A las personas con hipertensión, las de raza negra, adultos de mediana edad y ancianos (casi la mitad de la población) se les recomienda consumir 1.500mg/día como máximo.
Además, señala que el consumo de pescado y de aceites de pescado rico en ácidos grasos omega 3 puede reducir el colesterol elevado y reducir la tasa de mortalidad cardiaca de los pacientes. Es posible recomendar con seguridad la ingesta de 1 g/día, como mínimo, de ácidos grasos omega-3 en forma de pescado graso o como suplementos de aceite de pescado.
“Es de suma importancia revisar las etiquetas nutricionales de las galletas dulces, pasteles o tortas, glaseados, galletas saladas y papas fritas. Estos alimentos no solo tienen un bajo valor nutritivo, sino que algunos (incluso aquellos que indican ser reducidos en grasa) pueden contener grasas trans. Ya no está permitido añadir grasas trans a los alimentos, pero los productos más antiguos aún podrían contenerlas,”, afrma la CEO de Visafe Center, Centro de diabetes y nutrición y especialidades.
Aconseja a las personas a crear sus menús diarios, usando estrategias que se adapten a tu estilo de vida. “Al seleccionar alimentos para cada comida y refrigerio, enfatizar las verduras, las frutas y los granos enteros. Elegir fuentes de proteínas magras y grasas saludables y limitar los alimentos salados. Vigilar el tamaño de las porciones y agregar variedad a las opciones de tu menú”, apunta.
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Redaccion
Thursday, April 25, 2024