1. Vida sana
Es importante seguir hábitos saludables para disfrutar de una salud sexual óptima. Las normas básicas, como seguir una dieta equilibrada, dormir bien y practicar deporte diariamente, son elementos positivos para la predisposición y capacidad sexual.
De hecho, 6 de cada 10 hombres que sufren disfunción eréctil tienen exceso de peso, según datos del Instituto de Medicina Sexual.
Además de las patologías asociadas, el sobrepeso a menudo provoca que la persona se sienta menos deseable y, por tanto, con menos predisposición a tener un encuentro sexual.
2. No hay edad para la salud sexual
Existe el mito de que solo los jóvenes practican sexo y que los problemas de salud sexual son solo “cosas de la edad”. A pesar de esto, disfrutar de las relaciones sexuales no tiene edad y las dificultades pueden aparecer en cualquier momento.
Muchos jóvenes sufren problemas como la eyaculación precoz o la disfunción; según un estudio realizado en Estados Unidos, un 8% de los hombres menores de 40 años sufre eyaculación precoz y, de ellos, uno de cada cinco padece disfunción eréctil.
3. Tu pareja, tu mejor confidente
¿Tu primer apoyo? Tu pareja. A la hora de poner solución a un problema de salud sexual, lo mejor es la comunicación. Juntos podréis afrontarlo todo mucho mejor. Tanto es así que, en muchos casos, el tratamiento de determinadas patologías incluye la participación de la pareja.
4. Consulta tu problema
Muchas dificultades sexuales permanecen años sin salir a la luz por el desconocimiento de quien las sufre o por una actitud pasiva ante los síntomas. Es fundamental la consulta con el especialista ante cualquier señal, ya que puede estar ligada a otros problemas de salud que han podido pasar desapercibidos.
5. El médico sexólogo te puede ayudar
Algunas mujeres acuden al ginecólogo para consultar su problema de salud sexual o simplemente a revisión rutinaria, y el hombre visita al urólogo. Lo que ocurre es que muchas veces no encuentran la solución.
Hoy en día, hay médicos especialistas en salud sexual, como los andrólogos, que se dedican al estudio de la función sexual y reproductiva del hombre, y los sexólogos, que están especializados en dificultades sexuales, tanto del hombre como de la mujer.
6. Sin vergüenzas
Las dificultades en la salud sexual pueden tener causas orgánicas o psicológicas, con lo que deben ser tratados como cualquier otro problema de salud.
Existen todo tipo de consultas, ya sean teleconsultas o consultas online, que facilitan el proceso a los más tímidos.
7. Con diagnóstico, hay solución
Un diagnóstico es la base para atacar la raíz del problema. Existen tratamientos conductuales, sexológicos con y sin apoyo farmacológico e incluso quirúrgico, que ofrecen buenos resultados.
Desconfía de los productos milagrosos recetados sin averiguar las causas de tus síntomas. Sea cual sea el problema que sufres, afortunadamente existen soluciones.
8. Vida sexual activa
La ausencia de disfunción sexual no es suficiente para una salud sexual plena. Es necesario cultivar el autoconocimiento del cuerpo, el deseo y la intimidad con la pareja.
Busca huecos en la agenda, anticipa y planifica esos encuentros con antelación si la rutina y el estrés empiezan a afectarte.
9. Vida sexual segura
Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) están ahí. En muchos casos pueden evitarse llevando una vida sexual segura, respetando las medidas higiénicas y manteniendo sexo sin protección solo en pareja monógama, cuando ambos hayan descartado sufrir algún tipo de infección.
Un hábito que puede contribuir a protegernos contra las infecciones es orinar después de mantener relaciones sexuales.
10. No todo lo que dice Internet es verdad
El último apartado del Decálogo del Instituto de Medicina Sexual aconseja huir de páginas web que ofrecen productos mágicos a golpe de un solo clic. No son una buena opción. Consulta en centros acreditados en medicina y salud sexual que garanticen que existen profesionales para ofrecer consejo, aclarar dudas y proporcionar el apoyo y la ayuda necesarias.