Si bien la investigación no debería asustar a los padres, después de todo, hasta el 50 por ciento de los niños experimentan pesadillas de vez en cuando, no es la primera vez que los malos sueños y el deterioro cognitivo se relacionan de esta manera.
El estudio, publicado en la revista Lancet eClinicalMedicine, concluyó que los niños que tienen sueños angustiosos persistentes tienen un 76 por ciento más de riesgo de experimentar deterioro cognitivo a los 50 años, en comparación con los niños que no reportaron tener malos sueños.
Aún más sorprendente, los niños que tenían pesadillas tenían casi siete veces más probabilidades de desarrollar Parkinson a esa edad.
Abidemi Otaiku, neurólogo clínico de la Universidad de Birmingham, llegó a estos hallazgos al observar los datos del Estudio de Cohorte de Nacimiento Británico de 1958, que recopila información sobre todas las personas en Gran Bretaña que nacieron durante una sola semana en marzo de 1958.
En 1965 y 1969, cuando los participantes tenían 7 y 11 años, respectivamente, sus padres fueron interrogados sobre el tema de las pesadillas. Luego, Otaiku comparó estos datos con la información de seguimiento recopilada a los 50 años sobre el deterioro cognitivo y el Parkinson. En total, se incluyeron en el análisis casi 7,000 personas (50 por ciento hombres, 50 por ciento mujeres).
La investigación no buscó encontrar una relación causal entre las pesadillas infantiles y los problemas cognitivos en la edad adulta. En otras palabras, otro factor podría explicar directamente por qué ciertos niños desarrollarán un deterioro cognitivo y las experiencias de las pesadillas simplemente se correlacionan con él.
Sin embargo, existe cierta evidencia sólida de que este extraño vínculo es más profundo de lo que se pensaba.
Estas explicaciones aún no están probadas, pero si hay más pruebas que las respalden, surge la fascinante posibilidad de que prevenir las pesadillas tal vez podría evitar el deterioro cognitivo.