«Viajar a 412 kilómetros por hora implica ir a un tercio de la velocidad del sonido», remarcó el piloto Miro Zrncevic, que realizó la hazaña. «Conseguir esto con un coche de calle es increíblemente complejo», explicó.
El hito se estableció el pasado 28 de octubre en una pista de pruebas de la ciudad alemana de Papenburg. El circuito presenta una forma ovalada con dos rectas de cuatro kilómetros que permiten llevar la aceleración al máximo.
Para poder alcanzar la meta establecida, la compañía despojó al coche de las configuraciones de ‘software’ que limitan la velocidad máxima a 352 km/h y lo equiparon con neumáticos Michelin Cup 2R.
De esa manera, el Rimac Nevera destronó al Tesla Model S Plaid en modo pista, que el pasado julio alcanzó la velocidad máxima de 348 km/h.
La firma croata ya estableció un récord en 2021, cuando convirtió al Nevera en el automóvil en producción con la aceleración más rápida del mundo.