Lo primero que debes saber es que el agua no es un combustible, por lo que es imposible que genere por sí misma el calor necesario para hacer funcionar un motor de combustión interna sin una fuente de energía externa.
Como publica Motorpasión, el agua no contiene energía y sin otras sustancias mezcladas con ella en disolución, es simplemente H2O, y como tal no encierra energía química. Tampoco se puede quemar dentro de un motor de combustión en presencia del oxígeno del aire.
El agua es en el fondo hidrógeno que se ha oxidado completamente al reaccionar con el oxígeno, y en ese proceso es cuando se libera toda la energía. Al agua ya no le queda más.
Así pues, quien habla de un motor propulsado por agua, está equivocado por completo, pues a lo que se refiere en realidad, o al menos debería hacerlo, es sobre el motor que utiliza el hidrógeno como combustible.
Esto sí es posible y de hecho ya está en práctica, pues tanto en teoría como en realidad cualquier motor de combustión interna puede modificarse para funcionar con combustibles distintos como alcohol (etanol) y gases.
Precisamente entre los gases se ubican tanto el LP o el Gas Natural como el hidrógeno, mismos que se queman dentro de la cámara de combustión de los cilindros con la chispa de la bujía, y liberará la energía necesaria para crear movimiento.
Por otra parte, resulta que el hidrógeno no es una “energía limpia” pues aunque es el elemento más abundante del universo, no se puede extraer de manera natural y por ello se requiere consumir energía proveniente de otros elementos como el boro que se usa en un proceso de extracción bastante complejo
Al final para obtener un kilo de hidrógeno, es necesario usar 9 litros de agua y cerca de 4 kilos de boro, lo que evidentemente hace de el proceso no solo costoso, sino contaminante.
Otro método es la obtención del hidrógeno por medio de electrólisis, lo que requiere también del uso de una energía externa, es decir, la electricidad, esto solo nos daría la misma cantidad de energía de la que gastamos en obtenerla, lo cual se confirma con la Primera Ley de la Termodinámica: “La energía no se crea ni se destruye, solo se transforma”, por lo que en este caso, sería mejor usar un automóvil eléctrico.