Inmediatamente se dio a conocer la información, miembros de los organismos de rescate de la misma provincia, acudieron al lugar e iniciaron la labor de búsqueda, sin que tuviese resultado.
Las voces del presunto niño pidiendo ayuda fueron escuchadas por un hombre y una señora. El pedimento desesperado de auxilio despertó que el primero se lanzara al agua a socorrerlo, acción que también se sumó otro comunitario, antes de que llegasen las autoridades.
Pese a que ningún niño del lugar mencionado ni del sector Pueblo Nuevo se encuentra desaparecido, los comunitarios vieron la acción como una alerta de Dios, para que cuiden de los mismos, ante el peligro que representa el río para ambos sectores.