Bajo llantos y gritos desesperantes, los parientes del hoy occiso exigieron que caiga todo el peso de la ley contra Ramón José Brito Reynoso, quien le infirió la estocada mortal.
Ante la petición que hiciera el homicida de que lo perdonen, los familiares respondieron que solo Dios puede perdonarlo de un daño similar.