Cucho Rojas Fernández falleció a la edad de 84 años, a consecuencia de haber contraído el Covid-19. Cucho fue sobre todo reconocido por sus actividades antitrujillistas al final de la tiranía. Fue apresado luego del incendio de Radio Caribe, acusado de esa acción, milagrosamente salvó su vida y fue deportado, y desde el exilio siguió trabajando para poner fin a la dictadura de Trujillo.
Sebastián Del Pilar Sánchez escribió la historia de la lucha estudiantil contra Trujillo, cuando estudiantes se reunieron para reclamar la libertad de Cucho Rojas Fernández, y cuenta las manifestaciones y los discursos que se pronunciaron especialmente reclamando la libertad del inquieto joven.
Cucho Rojas Fernández, fue gobernador de la Provincia Duarte durante el periódo de 1965-1966.
“El tercer orador fue el joven estudiante de medicina José Eugenio Villanueva, quien pidió la libertad inmediata del bachiller Manuel de Jesús Rojas Fernández (Cucho), un joven que hasta pocos días antes había sido la figura principal del proyecto de constitución de la Federación”, de Estudiantes Dominicanos.
Relata que Cucho Rojas dirigió la primera manifestación estudiantil celebrada frente al Aula Magna de la Universidad durante la mañana del domingo 9 de julio de 1961. Esta protesta fue reprimida y dispersada por un contingente policial encabezado por el propio jefe de la institución del orden público, coronel Luis Enrique Montes de Oca, alegando que no había sido autorizada por el Ministerio de Interior y Policía.
Sigue diciendo que “el líder estudiantil guardaba prisión en el Palacio de la Policía acusado de formar parte de un grupo de jóvenes incendiarios que le pegó fuego a la radioemisora oficialista Radio Caribe. Villanueva lo defendió señalando que su acusador Fabio Inoa era “un asalariado personaje de una empresa afectada” y un “cínico delator de lo falso”.
La historia de ese momento histórico del movimiento estudiantil, sigue de este modo:
“El acto continuó con la selección del comité provisional de la Federación de Estudiantes Dominicanos, siendo escogido como su presidente Manuel de Jesús Rojas Fernández (Cucho), quien todavía era mantenido en prisión, y como miembros a los bachilleres Asdrúbal Domínguez Guerrero, Eduardo Delgado Billini, Leopoldo Grullón, Oscar Lama Habib, Miguel Genao y Daniel Céspedes, de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura; Víctor De Camps Cáceres, José Eugenio Villanueva y Alfredo Loinaz, de la Facultad de Ciencias Médicas; Rafael F. Alburquerque De Castro, Antonio Isa Conde, Joselyn Rodríguez Conde y Zaidita Lovatón Ginebra, de la Facultad de Ciencias Jurídicas; Armando Antonio Hoepelman, de Filosofía; Mariano Fiallo, Rubén Álvarez Rodríguez y Antonio Cuello Hernández, de Finanzas; Eduardo -Petit- Houellemont Roque, de Farmacia; y Ubaldo Francisco Roa, de Química Industrial.
Cucho Rojas en el centro del conflicto. Es el joven de pelo begro que se encuentra entre el policía y el reportero
Cucho Rojas, el presidente y vocero de la FED, era el único dirigente escogido que confrontaba problemas judiciales, ya que estaba detenido por la policía y era investigado en relación a su presunta participación en la quema de Radio Caribe, un trágico suceso donde murieron dos personas y hubo pérdidas materiales estimadas en un millón de dólares.
Tres días más tarde, el presidente Balaguer anunció que Cucho Rojas sería libertado, tras comprobarse la falsedad de la imputación y ser declarado libre de culpa por la justicia.
La mañana del 16 de julio de 1961, en una ceremonia celebrada en un salón contiguo a su despacho en el Palacio Nacional, Balaguer hizo formal entrega del estudiante de Derecho Cucho Rojas, de 25 años, a su padre, el señor Manuel de Jesús Rojas Delgado.
En el acto, el jefe del Estado exhortó al joven libertado a proceder siempre dentro del marco de las leyes y el orden, mientras que éste agradeció su puesta en libertad, elogió la ecuanimidad con que la justicia juzgó su caso y se comprometió a actuar siempre de acuerdo a las leyes.
De su lado, su padre, el señor Rojas Delgado, a nombre suyo, de su esposa Corina Fernández y de su hijo, también dio las gracias al jefe de Estado por el gesto de consideración hacia su familia.
Los hechos que siguieron, con la revolución de abril de 1965, la intervención militar de los Estados Unidos, mostraron hasta dónde iban las ansias de libertad de Cucho Rojas Fernández, convirtiéndose en un activo militante de la causa nacional, y en un estrecho colaborador de Francisco Alberto Caamaño y el líder militar constitucionalista, su primo, Rafael Tomás Fernández Dominguez.
Cucho Rojas fue abogado, hombre de reconocida solvencia, y siempre dedicó sus esfuerzos a San Francisco de Macorís. Paz a su alma.
-ElJaya-