Agramonte manifestó que sus compañeros y la federación que los agrupa lo han dejado solo enfrentando una denuncia de supuesto acoso que le hiciera una estudiante de ese recinto.
El maestro aseguró que durante más de dos décadas que lleva impartiendo docencias, nunca se ha “tomado un café” con ninguna de sus estudiante fuera del recinto.
“Esa muchacha viene con su lenguaje corporal seduciéndome y yo que me doy cuenta de sus intenciones sigo el juego para saber quién anda detrás de mí” manifestó el profesor de matemáticas.
“Aquí van a tener que matarme” expresó en tono airado el docente, defendiendo su honorabilidad.