Le sobreviven sus hijos Edwin Richard y Omar Javier Suriel.
El cadáver de Goyito es velado en la funeraria municipal por donde han desfilado familiares, amigos y relacionados.
Residía en la calle Hostos No. 24, fue una persona amable, de trabajo que se gano el cariño de todo el que lo trató.
Fue un comerciante de muchos años, propiedad de la Casa Greve, ubicada en el mismo lugar donde residia.