Orígenes
A finales de los años 80, un grupo de jóvenes francomacorisanos dio inicio a un recorrido que poco a poco se convirtió en una tradición, “la carrera de la muerte.”
La actividad carnavalesca para esa época tenía muy pocas atracciones, ésto contribuyó a que un conjunto de jóvenes talentosos en la práctica del ciclismo, escogieran el escenario del parque Duarte para realizar un sin número de piruetas que despertaba la atención de todo los presentes. La multitud que asistía a la celebración del día de la Independencia, disfrutaban ver a Luis Melena, El Topo, Carmelo y otros que pedaleaban alrededor del parque, al tiempo que ingresaban a la parte interna para de manera asombrosa saltar sobre las tres piletas y los escalones del centro.
El hombre de los palillos
El afán de los participantes por ganar la atención del multitudinario público, motivó a que un señor que lucía un enorme afro, colocara cientos de palillos sobre el mismo. El hombre de los palillos empezó a recorrer el parque en un motor 70 de color negro, motivando a que otros motorizados le siguieran en un recorrido que iniciaba temprano y que incluía decenas de vueltas hasta que se incorporaban los desfiles de caballos y ciclistas, los cuales saturaban las calles, lo que obligaba a los motoristas a trasladarse al parque Las Flores o del Cementerio, para luego en horario nocturno retornar al parque y cerrar en su lugar de origen.
La carrera de la muerte es autoconvocada
Como toda tradición, la carrera de la muerte es autoconvocada, por tanto cada participante espera anhelante el 27 de febrero para participar en dicho recorrido. El número de participantes se incrementa de manera significativa en cada versión, ésto producto de la gran cantidad de jóvenes que poseen motocicletas, además del auge de motores cada vez más modernos y veloces, por ello sus tripulantes encuentran el escenario ideal para exhibir sus máquinas, muchas de ellas modificadas.
El nombre: “la carrera de la muerte”
Se denomina la carrera de la muerte no porque se registren muertes en la actividad, sino por la acción temeraria del recorrido. La propia acción temeraria contribuye a que en la ruta se registren numerosos accidentes, dando lugar a fracturas, laceraciones múltiples, entre otros tipos de traumas.
Escenarios
La carrera de la muerte tiene como escenario tradicional, el parquecito de Las Flores o del Cementerio, puesto que el mismo posee una característica triangular cerrada, ésto hace que el piloto tenga la facilidad para acelerar en la recta, y acercarse a los otros tripulantes en la denominada curva de la muerte, en donde deben realizar un giro de 360 grados por detrás de un árbol de samán, lo que eleva la adrenalina de los conductores. Otro escenario donde se ha llevado a cabo la carrera ha sido el parque Policarpio Mora, sin embargo cabe destacar que sólo se ha movido allí por razones de prohibición y persecución policial en la zona del Capacito.
Prohibición absoluta
Las autoridades policiales lanzaron un ultimátum, precisando que las denominadas carreras de la muerte llegó a su final, y que por tanto, quedaba rotundamente prohibida la versión 2019, y todas en lo adelante. El llamado no impidió que cientos de jóvenes desafiaran las autoridades e hicieran presencia desde tempranas horas para emprender el recorrido, sin embargo fueron enfrentados por los agentes del orden en las diferentes calles de San Francisco de Macorís.
El público
La multitud que cada año presencia la carrera de la muerte supera las expectativas, a tal punto que es mayor la participación de la actividad temeraria que la de los actos carnavalescos. Un público eufórico permanece allí, a la espera de presenciar la más fatal escena.
El final de una tradición
Con la censura de la carrera de la muerte se le pone fin a una larga tradición, que si bien es cierto que se desvirtuó de sus orígenes, merece resaltar que marcó un periodo cultural en la historia de nuestra ciudad del Jaya.
-ElJaya-