La sentencia contra el confeso asesino de la joven universitaria se produjo tras el ministerio público demostrar que el imputado cometió el hecho con todas las agravantes.

Dioskairy residía en Rincón, La Vega y tras haber sido asesinada por su padrastro Alberto Sánchez Reynoso, este llevó su cuerpo a Sierra prieta Fantino y, le prendió fuego, siendo quemado parcialmente solamente su rostro, debido a la rápida intervención de unos lugareños. Luego sería descubierto por la grabación de una cámara de seguridad recién instalada en el Parque Municipal de Fantino que filmó el momento en que esta se montaba en el vehículo de quien resultara su verdugo.

El asesino de la joven resultó ser la pareja sentimental de la madre de esta, la señora Bernarda Ovalle Jiménez, quien en esos momentos la definió como una joven con mucho interés de llegar a ser una profesional, razón por la cual iniciaba sus estudios en la Universidad Tecnológica de Cotuí (Uteco), hacia dónde se dirigía cuando fue asesinada.

Se recuerda que este hecho, que consternó y llenó de dolor a toda la provincia de Sánchez Ramírez y al país, se produjo en los días posterior a la desaparición de la también malograda Emely Peguero, lo que trajo mucha confusión por la cercanía de la zona donde había desapareció Emely, llevándose a pensar que se trataba de su cadáver.

“Nunca pensé que él iba a hacerle esta cosa tan terrible a mi hija, no encuentro, no entiendo la explicación. Nosotros compartíamos, convivíamos en el hogar diariamente (…). Yo espero que la justicia le cante la pena máxima porque mi hija no era una persona que se merecía esta muerte. Nadie merece esta muerte como la que él me le dio a mi hija sin ninguna razón”, dijo en aquellos días Bernarda Ovalle, madre de Dioskairy Gómez Ovalle, refiriéndose a su pareja sentimental y asesino de su hija.