Además de un lugar de esparcimiento y recreación para visitantes, tanto locales como extranjeros, esa obra impedirá que las aguas del océano Atlántico penetren a la ciudad ante la ausencia de los muros de contención que servían para esos fines.
La obra, iniciada por la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE), en el 2009, en la última gestión gubernamental de Leonel Fernández, forma parte del Corredor Turístico del Atlántico.