El descubrimiento se produjo por comunitarios que laboran en dicha zona boscosa, quienes inmediatamente dieron parte a la policía. Los restos se encontraban incrustados en una cueva, con aproximadamente diez metros de profundidad.

Hasta el lugar llegaron agentes de la policía y miembros del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF) de San Francisco de Macorís, quienes indicaron que los restos se encontraban dispersos. Asimismo, explicaron que faltaban gran parte del cuerpo humano.

De manera extraoficial trascendió que los huesos pueden que correspondan al joven Mario Cortorreal González (Ambiorix), de 29 años de edad, quien de acuerdo a las declaraciones de sus parientes, es un enajenado mental y se encuentra desaparecido desde el 23 de diciembre del pasado año.

La osamenta fue trasladada al INACIF del hospital San Vicente de Paúl en San Francisco de Macorís para los fines de lugar.