LA VEGA, RD. – Lo que debería ser un servicio básico vital se ha convertido en una pesadilla para cientos de familias en los sectores de Barrio Inco Abajo y Doña Merín. Los comunitarios han alzado su voz en una denuncia desesperada, asegurando que el agua que reciben por las tuberías no es apta para el consumo humano, pues llega "ligada con materia fecal".
Una emergencia de salud pública
Los representantes de la junta de vecinos "Giré" señalan que la problemática se origina por el desbordamiento constante de las cloacas en la zona. Esta situación ha provocado una contaminación cruzada que afecta directamente el suministro de agua potable.
"El agua de la llave está llegando contaminada. Los niños se están enfermando, los ancianos también. Ya no aguantamos más, esto es una emergencia", manifestó una de las líderes comunitarias frente a las cámaras.
Ineficiencia y promesas rotas
La indignación de los residentes aumenta al referirse a la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de La Vega (CoraVega). Según denuncian, la institución ha puesto excusas constantes para no enviar los equipos de limpieza.
Excusas técnicas: Comunitarios afirman que el pasado 23 de diciembre se les informó que el camión succionador estaba fuera de servicio.
Contradicciones: Los vecinos aseguran haber visto el mismo camión operando en otras zonas para servicios privados, sugiriendo un trato preferencial.
Cobros puntuales: "Son muy activos para cobrar la factura, pero no para venir a resolver", denunció otro afectado, señalando que siguen recibiendo recibos por un agua que no pueden ni usar para bañarse.
Comercio al borde de la quiebra
El impacto no es solo sanitario, sino también económico. Pequeños comerciantes de la zona, como dueños de puestos de comida y víveres, han visto caer sus ventas drásticamente. El fuerte hedor que emana de las calles inundadas de aguas negras impide que los clientes se acerquen a los negocios.
La comunidad ha sido clara: si CoraVega no envía una unidad técnica para solucionar el colapso de las cloacas de forma definitiva, iniciarán una jornada de protestas y huelgas. A pesar de haber enviado cartas y comisiones, la paciencia de los residentes de Barrio Inco y Doña Merín parece haberse agotado.