SANCHEZ RAMIREZ. – El Palacio de Justicia de Cotuí fue el escenario donde, en una audiencia cargada de tensión, la joven Amy Hiraldo fue sentenciada a 30 años de prisión por su participación en la trágica muerte de Yennely Duarte, un caso que conmovió profundamente a la comunidad y al país.
La decisión judicial pone un cierre a un proceso que se ha mantenido en la palestra pública desde que el cuerpo de Duarte, de 18 años, fue encontrado sin vida en circunstancias violentas.
El tribunal acogió la solicitud del Ministerio Público y la parte querellante.
La imputada, Amy Hiraldo, fue identificada como la principal responsable del horrendo crimen, que según las investigaciones, ocurrió tras una alegada disputa personal. La Fiscalía presentó pruebas contundentes que vincularon a Hiraldo con la muerte de Duarte, solicitando la pena máxima para el tipo penal.
La sentencia de 30 años ha sido recibida con una mezcla de alivio y tristeza por los familiares de Yennely Duarte, quienes siempre clamaron por justicia. La comunidad de Cotuí ha seguido de cerca cada paso del proceso, convirtiéndose en un símbolo de la lucha contra la violencia interpersonal en la región.
La pena deberá ser cumplida en un centro de corrección y rehabilitación, marcando un precedente en la jurisprudencia local en crímenes contra jóvenes.