Una mujer de nacionalidad haitiana ha capturado la atención pública al rogar por su deportación voluntaria, asegurando que está experimentando una situación de extrema hambruna y desesperación. La mujer, que se comunica principalmente a través de señas, ha manifestado su deseo de ser entregada a las autoridades policiales para que sea devuelta a Haití, donde se encuentra su hijo.
Según el testimonio recogido, la migrante se encuentra sola y deambulando por la calle. Se reporta que previamente formaba parte de un grupo de personas sordomudas, pero el grupo se marchó, dejándola en una situación de total vulnerabilidad y abandono.
En su intento por sobrevivir, la mujer había estado realizando diversos oficios, como fregar y limpiar, para algunos vecinos. Sin embargo, se denuncia que, a pesar de su trabajo, no se le proporcionaba comida. Es esta desesperante falta de sustento la que la ha llevado a tomar la drástica decisión de buscar la deportación como única salida a su miseria.
La mujer, haciendo señas de su profundo estado de inanición, ha acudido voluntariamente a pedir la intervención de la policía para que la trasladen a su país, con la esperanza de poner fin al sufrimiento que padece y reencontrarse con su familia. Su caso es un dramático llamado de atención sobre la situación de extrema vulnerabilidad que enfrentan algunos migrantes en la región.