La última vez que supo de él fue a través de una llamada en la que, con voz desesperada, le dijo que se estaba desangrando y le rogó que no lo dejara morir, el mismo trabajaba en un punto de ventas ilegales.
Desde entonces, su búsqueda ha sido infructuosa. La señora acudió al cuartel de San Francisco de Macorís, pero allí le indicaron que el caso pertenece a La Vega, sin ofrecerle respuestas concretas. Angustiada y sin poder dormir, teme lo peor y clama por ayuda para encontrar a su hijo.