La obra, que se encontraba en plena fase de construcción, obstruía el paso peatonal, generando un peligro para la seguridad de los transeúntes.
Las autoridades locales señalaron que dicha edificación no contaba con los permisos correspondientes y no respetaba las normativas urbanísticas que garantizan la libre circulación de los peatones en la vía pública. Tampoco habían depositados los planos estructurales de la misma y no respetaba los 3 metros de calzada que exige la normativa cuando se construye en avenidas. Tras varias advertencias por parte de los departamentos de Planeamiento Urbano y Medio Ambiente, la decisión fue tomada para asegurar que no se comprometiera la seguridad de los ciudadanos.
El incidente resalta la importancia de respetar las regulaciones locales sobre construcción, así como la necesidad de mantener libres las áreas de paso para los peatones, un aspecto clave para la seguridad vial. Las autoridades de San Francisco reiteraron su compromiso de continuar supervisando las obras en la ciudad para evitar situaciones similares en el futuro.