La lesión sufrida por Fernando Tatis Jr. en la temporada de receso y la posterior operación en una muñeca a la que tendrá que ser sometido ha revivido el tema de las restricciones que enfrentan los jugadores del béisbol de las Grandes Ligas al firmar sus contratos.
Tatis Jr., quien estampó su firma en un contrato de 340 millones de dólares por 14 años con los Padres de San Diego, se lastimó la muñeca izquierda en su accidente de motor durante el invierno mientras las actividades de las Ligas Mayores se encontraban detenidas por el paro patronal y los peloteros no podían tener ningún acercamiento con sus organizaciones.
Al reanudar sus entrenamientos para la próxima campaña, Tatis Jr. se resintió de la muñeca y lo que se había dicho eran unas “ligeras magulladuras” se reveló que era un problema mucho más serio.
Los equipos del béisbol mayor y sus jugadores a la hora de firmar los contratos acuerdan que los segundos no pueden desarrollar actividades que “pueden perjudicar o destruir” la habilidad del pelotero para este deporte.
El denominado párrafo 5 (b) prohibe, de forma absoluta, la práctica del boxeo profesional y la lucha libre. Otros deportes y actividades deben contar con la autorización, por escrito, de los equipos.
Entre estás últimas están el esquí, paracaidismo, carreras de autos y carreras de motos. Se enumeran específicamente “cualquier juego o exhibición de baloncesto, fútbol, hockey sobre hielo, fútbol americano u otro deporte que implique un riesgo sustancial de lesiones personales”.
Deportes extremos de cualquier índole están vetados, pero también las artes marciales como el karate y el judo.
Actividades como escelar montañas y cortar leña, participar en rodeos, jugar balonmano, la equitación o carreras de caballos, trabajar en un avión (incluso como piloto) o ser pasajero en un avión de un solo motor están prohibidas al igual que los trineos y las motos de nieve.
Se estipula que si el jugador resulta lesionado al participar en una de estas actividades, el equipo tendría una base para anular el resto del contrato o convertir el salario de garantizado a no garantizado.
En el caso de los lanzadores también se advierte sobre la práctica bajo riesgo de deportes como el boliche, el tenis y hasta el billar.
En 1994, el jardinero Ron Gant, de los Bravos de Atlanta, tuvo un accidente de motocicleta. El equipo le dio de baja y solo tuvo que pagar una fracción de su contrato pendiente de 5.5 millones de dólares.
Aaron Boone sufrió una grave lesión de rodilla en un partido de baloncesto -uno de los deportes que aparecen en el párrafo 5 (b)- y fue dado de baja por los Yankees de Nueva York (a quienes dirige en su condición de manager ahora) y recibió menos de un millón de dólares de su contrato por 5.75 millones.
Sin embargo, en el 2002 Jeff Kent se rompió una muñeca mientras conducía una motocicleta. Siguió con los Gigantes de San Francisco quienes al parecer dejaron pasar por alto la violación o le dieron permiso a Kent para montar.
Como una curiosidad en el 1916, los dueños de equipo tenían una cláusula de lesión que les permitía deducir dinero del contrato del jugador si se perdía más de 15 días por una lesión. Sin embargo, debido a la presión ejercida por los jugadores la comisión nacional que entonces regía a las Grandes Ligas tuvo que dejar sin efecto la citada cláusula.
El boxeo y la lucha libre están prohibidos de forma absluta y otros deportes deben contar con autorización.
Escalar montañas, cortar leña, explorar cuevas y participar en rodeos o carreras de cabaña.