El pívot de los angelinos, que anotó un triple decisivo para amarrar el triunfo visitante, logró 11 puntos (4 de 7 en tiros, 3 de 4 en triples), 5 rebotes, 2 tapones y una asistencia en 30 minutos; mientras que el base de los Wolves consiguió 13 puntos (5 de 12), 8 asistencias y 4 rebotes frente a 2 pérdidas en 29 minutos.
Su compatriota Juancho Hernangómez se quedó sin pisar la cancha.
El otro hispano de la noche, el estadounidense de origen dominicano Karl-Anthony Towns, aportó para los Wolves 15 puntos (7 de 10 en tiros), 6 rebotes, 4 asistencias y un robo frente a 2 pérdidas en 33 minutos.
Los actuales campeones de la NBA tenían hoy una importante prueba para medir su potencial ante la ausencia de Davis, que el domingo agravó su lesión en el tendón de aquiles y el gemelo de la pierna derecha y que, a falta de las pruebas definitivas, puede que se pierda varias semanas de competición.
Los Lakers respondieron al desafío con una notable aportación de todo el equipo liderada, un día más, por un James brillante (30 puntos, 13 rebotes y 7 asistencias) que finiquitó la situación en el último cuarto tras un encuentro muy parejo.
En los de púrpura y oro, que ahora tienen 22 victorias y 7 derrotas (segundo mejor balance de la NBA por detrás de los Utah Jazz), también destacaron Dennis Schroder (24 puntos) y Montrezl Harrell (17 puntos).
Por parte de los Wolves, que son colistas de la Conferencia Oeste y el peor equipo de la liga con 7 partidos ganados y 21 perdidos, seis jugadores diferentes anotaron más de 10 puntos y la mejor noticia fue el fabuloso rendimiento de Anthony Edwards, número uno del pasado draft y que hoy consiguió 28 puntos, 7 rebotes y 5 asistencias.
Rubio, que se ha puesto al volante de los Wolves ante la ausencia por lesión de D’Angelo Russell, comenzó inspirado con 5 puntos seguidos (un triple y una habilidosa penetración) para poner a los suyos por delante (15-11 tras cinco minutos).
El base continuó atacando la zona mientras Anthony Edwards agitaba la ofensiva local desde el perímetro.
Los Lakers sabían que esta era una noche para demostrar fondo de armario y a ello se aplicaron Kyle Kuzma, novedad en el quinteto inicial, y el siempre incandescente Alex Caruso (20-20 en el ecuador del primer parcial).
En un arranque muy desordenado en el que ambos equipos se intercambiaron despistes y errores, LeBron James sacó la cabeza con 13 puntos para tomar ventaja en el marcador al terminar el primer cuarto (27-30).
Esos primeros doce minutos dejaron muy buenas señales para los Lakers (75 % en tiros de campo) y algunos signos lamentables (10 pérdidas solo en ese cuarto inicial).
Ya en el segundo parcial, Montrezl Harrell martilleó el aro de los de Minesota desde la pintura, pero Josh Okogie le dio la vuelta al encuentro (41-40 tras tres minutos).
El regreso a pista de los titulares, con los muy productivos Karl-Anthony Towns, Anthony Edwards y Ricky Rubio, animó aún más a los locales para distanciarse ligeramente (49-44 en la mitad del segundo cuarto).
Sin embargo, los Lakers superaron un tramo de ansiedad e indecisión, repararon las grietas de su defensa (por ejemplo, con un tapón de Gasol a su compañero de selección española Rubio), y se sirvieron de un canastón de James (18 puntos en la primera mitad) para irse al vestuario con una ventaja diminuta (56-57).
En la reanudación se vio un vistoso cara a cara de bases: Rubio frente a un Schroder decidido a dar un paso al frente.
Sin que ninguno de los dos conjuntos lograra dominar con mano firme, el partido se vio abocado a un cierre ajustado (84-86).
Y en los momentos de la verdad y de los sudores fríos, hay muy pocos que se desenvuelvan mejor que James.
Sin hacer caso a los 36 años que marca su biografía, la estrella de los Lakers sumó 6 puntos seguidos en el comienzo del cuarto decisivo y abrió la mayor brecha hasta ese momento (89-98).
Los Wolves no lograban resolver esos instantes de dudas y falta de criterio y los Lakers olieron sangre: un robo más contraataque de Harrell y un triple de Wesley Matthews coronaron un parcial de 0-11 en el momento ideal (89-103 a falta de 7 minutos).
Edwards plantó resistencia sin rendirse y contó con la opción de poner a su equipo a solo tres puntos, pero James forzó una falta en ataque crucial con 100-105.
Finalmente, Gasol conectó un triple desde la esquina cuando quedaba solo 1.20 por disputarse y los Wolves bajaron los brazos.