“Esta declaración de emergencia brinda una oportunidad de controlar la situación del covid-19 y conseguir que Tokio-2020 planifique unos Juegos seguros para este verano, en consecuencia procederemos a los preparativos necesarios”, afirmaron los organizadores en un comunicado.
Para los responsables de Tokio-2020, el estado de emergencia no les desvía de su objetivo. Ya declararon en varias ocasiones que no se plantea un nuevo aplazamiento de los Juegos, que debían haberse disputado en 2020 pero que fueron aplazados un año, del 23 de julio al 8 de agosto de 2021.
El jueves, el primer ministro nipón Yoshihide Suga anunció en efecto un estado de emergencia de un mes en el área metropolitana de Tokio a partir del viernes.
Pero también repitió que su país está comprometido para organizar unos Juegos “seguros”, y está convencido que la opinión pública, que en el presente se muestra recelosa, cambiará de idea cuando el país nipón inicie su campaña de vacunaciones, prevista a partir de finales de febrero.
– Cierre anticipado de bares y restaurantes –
Japón está haciendo frente con relativo éxito a la pandemia hasta el momento si se compara con otros países, con menos de 3.900 fallecidos según cifras oficiales desde enero de 2020.
Pero el país sufre desde el pasado mes de noviembre una tercera ola mucho más importante que las dos primeras. Cerca de 7.500 nuevos casos positivos fueron registrados el jueves a nivel nacional, entre ellos unos 2.500 en Tokio, lo que supone dos nuevos récords.
Un recrudecimiento de la pandemia en un contexto de desconfianza popular hacia los Juegos Olímpicos en la situación presente.
En los últimos meses, múltiples sondeos apuntan que una mayoría de japoneses es favorable a un nuevo aplazamiento de los Juegos, o incluso una anulación, a causa del coronavirus.
A partir del anuncio del estado de emergencia, varios expertos médicos indicaron el limitado efecto de esta medida por ser demasiado laxa.
Los restaurantes y bares deberán dejar de servir alcohol a partir de las 19H00 y cerrar sus puertas a las 20H00.
Se recomienda a los ciudadanos que eviten las salidas si no es por motivos de fuerza mayor durante la noche, y las empresas son incitadas a privilegiar el teletrabajo. Pero los colegios siguen abiertos.
El movimiento olímpico muestra su preocupación, como es el caso del canadiense Dick Pound, miembro del Comité Olímpico Internacional (CIO): según sus palabras difundidas el jueves por la BBC, no puede “afirmar con seguridad” que los Juegos se desarrollen como estaba previsto por el aumento de contagios.
– Prioridad en vacunación –
A comienzos de semana, el propio Dick Pound declaró que los deportistas deberían contar con una prioridad para la vacunación para garantizar la disputa de los Juegos.
“Es una decisión que debe tomar cada país”, estimó el responsable canadiense a Sky Sports el miércoles. “Algunos dirán que se cuelan en la fila, pero creo que es la forma más realista de ir hacia adelante”.
El presidente del COI Thomas Bach había asegurado por su parte que la organización “haría grandes esfuerzos” para asegurar que el máximo de participantes y espectadores sean vacunados antes de los Juegos.
Antes incluso del anuncio de las vacunas, los organizadores dieron a conocer un paquete de medidas antivirus que, según ellos, permitirán que el evento tenga lugar aunque la pandemia aún no haya sido controlada.
Si los Juegos se disputan finalmente estarán entre los más caros de la historia: unos 16.000 millones de dólares (13.000 millones de euros), un presupuesto ampliado por el aplazamiento y las medidas sanitarias.