Tras la experiencia de la burbuja de Orlando con la que la NBA salvó la pasada temporada, la liga profesional de baloncesto de Estados Unidos ha vuelto a cierta normalidad con el regreso de los equipos a jugar los partidos en sus canchas aunque sin público por la covid-19.
Los Nets tenían la responsabilidad de organizar en Brooklyn el primer partido de la nueva normalidad ante los Warriors que bajo la batuta de Curry se hicieron con el campeonato de la NBA en 2015, 2017 y 2018. Pero el principal interés del partido era observar la evolución de los antiguos compañeros Durant y Curry, tras las lesiones que les alejaron de las canchas la pasada temporada.
Curry se rompió la mano izquierda tras aparecer sólo en cuatro partidos. Y Kevin Durant no había jugado realmente un partido en los pasados 18 meses tras una grave lesión en el tendón de Aquiles de la pierna derecha que sufrió precisamente mientras militaba en los Warriors en 2019.
Con todo esto en consideración, el partido se inició con unos Nets fulgurantes, moviendo el balón con seguridad lo que les permitía encontrar con facilidad el espacio para que sus tiradores castigasen el aro de los Warriors.
Si había alguna duda sobre la recuperación de Durant, los interrogantes desaparecieron rápidamente. En los primeros 12 minutos de partido, KD anotó cuatro de sus primeros cinco intentos, incluido un triple. Durant se movía con facilidad por la pista y mostraba una variedad de juego que hacía difícil imaginar que ha estado 18 meses en el dique seco.
Acompañado por Kyrie Irving, los Nets acumularon una considerable ventaja al final del primer cuarto, 40-25, ante unos Warriors en proceso de reconstrucción. Y el combo Durant-Irving contabilizaba 27 de los 40 puntos de su equipo con 10 canastas de 15 intentos.
El segundo cuarto mantuvo la misma tónica a pesar de que el abultado marcador, rápidamente los Nets se situaron 19 puntos por delante de los Warriors, permitió al entrenador de los de Brooklyn, Steve Nash, descansar a sus figuras.
Pero ni con los segundos espadas en la cancha, los de Curry fueron incapaces de encontrar hueco en la defensa de los Nets y tampoco pudieron defender su aro.
Al llegar al descanso, el marcador señalaba un claro 63-45 y lo que era peor, los de San Francisco no mostraban ni la más mínima señal de ser capaces de darle la vuelta al marcador, sin defensa, sin ataque y sin suerte.
En los Warriors, donde milita el único jugador mexicano de la NBA, Juan Toscano,Curry se fue a los vestuarios con unos modestos 16 puntos. Y Andrew Higgins, que debería ser el otro soporte fundamental de los nuevos Warrios, fallaba más de lo que acertaba.
En el otro lado de la cancha, Irving sonreía de mejilla a mejilla: era el máximo anotador con 24 puntos.
Nada cambió tras el descanso. A falta de cuatro minutos para el final del tercer cuarto, Durant anotó dos tiros libres y colocó el marcador en 92-60, 32 puntos de diferencia. Poco después, el triple de otro hombre destacado de los Nets, Caris LeVert, subió la distancia a 95-62.
El último cuarto se inició con el partido decidido y un 99-71 en el marcador. Así que los entrenadores se dedicaron a dar tiempo al banquillo.
El máximo anotador del partido fue Irving, con 26 puntos. Otro jugador de los Nets, DeAndre Jordan, fue el máximo rebotador con 11 capturas. Mientras, Curry se hizo con el título de más asistencia, 10.
Durant acabó el partido con 22 puntos, cinco rebotes, tres asistencias y tres robos de balón. Y LeVert llegó a los 20 puntos, nueve rebotes y cinco asistencias.
En los Warriors, Curry también fue el máximo anotador de su equipo, con 20 puntos.
En la debacle, quizás lo más positivo de la noche para los Warriors fue la actuación del pívot de 19 años James Wiseman, la segunda elección del draft de 2020. Wiseman terminó el partido con 19 puntos, 6 rebotes y dos robos de balón.