El internacional griego se torció el tobillo después de realizar un mal apoyo al intentar una penetración ante Andre Iguodala. Tras lanzar los dos tiros libres abandonó la cancha y minutos después la franquicia anunció que no volvería a salir tras confirmarse el esguince. En los 11 minutos que disputó sus guarismos habían ascendido ya hasta los 19 puntos.
Para bien de todos, su ausencia estuvo bien cubierta por sus compañeros. En un notable ejercicio de rendimiento colectivo, el resto de jugadores sumaron su granito de arena para reconducir el encuentro y llevarse el triunfo. Khris Middleton, quien firmó uno de los mejores partidos de su carrera, fue el principal catalizador y líder del equipo en la segunda mitad.
De momento se desconoce el alcance real de la lesión. Minutos después de finalizar el encuentro, Mike Budenholzer declaró que el jugador será sometido al pertinente tratamiento antes de tomar una decisión definitiva de cara a su participación en el Game 5. “Cuando cayó, todos nuestros corazones se detuvieron por un segundo. Veremos qué tal evoluciona en las próximas 24-48 horas”, afirmó el entrenador según recoge la periodista Malika Andrews.
Este triunfo supone un gran impulso moral para los Bucks, tanto por la necesidad intrínseca del mismo como de la virtud que supone para la confianza de todos los jugadores. Si esta incipiente realidad se traslada al quinto partido y Antetokounmpo puede regresar a tiempo, los de Wisconsin no habrán dicho todavía su última palabra.