Golovkin mandó a la lona a Derevyanchenko en el asalto inicial y en el segundo, le provocó tremenda cortada en el párpado derecho, pero no pudo acabarlo y el ucraniano, quien muchos creían sería noqueado, al final se entregó en cuerpo y alma, echó atrás al kazajo y terminó a tambor batiente los 12 episodios.

Golovkin, de 37 años, mejoró su récord a 40-1-1 y 35 nocauts, mientras que Derevyanchenko se quedó con marca de 13-2 y 10 cloroformos tras una pelea que bien podría ser candidata a la mejor de 2019.

El kazajo empezó sólido y lastimó a Derevyanchenko con severas combinaciones, hasta llevarle a la lona, aunque no pudo finiquitarlo cuando intentó ir por el cloroformo. Tras propinarle una izquierda, cortó al ucraniano y eso puso más drama al asunto en el ensogado, pero, más allá de achicarse, Derevyachenko buscó ganar el respeto del kazajo y lo logró, porque se metió al toma y daca al echar atrás a GGG en algunos momentos del duelo, al meter severas combinaciones al rostro de Golovkin.

El kazajo lució algo cansado en algunos momentos, lo que aprovechó bien el ucraniano, quien logró lastimar fuerte a Golovkin al provocarle laceraciones en el rostro, aunque no pudo acabarlo, mientras en la esquina trataban de cuidarle la herida a más no poder y con los doctores de la Comisión de Nueva Yok vigilantes.

Al final, los jueces decretaron el triunfo de Golovkin con calificaciones de 114-113 y 115-112 dos veces para que el kazajo se agenciara así el cetro de la FIB y se encamine así a una posible tercera batalla con Saúl “Canelo” Álvarez, aunque, quien subió a buscarle la cara en el ring fue el estadounidense Demetrius Andrade, también monarca de la división.