El quisqueyano, oriundo de San Francisco de Macorís, solo empleó 3:46 minutos para quitar de su camino el obstáculo que le impedía cumplir su promesa, venciendo por ippon al puertorriqueño Adrián Gandía en el combate final de la categoría de los 81 kilos del torneo de judo de los XXIII Juegos Centroamericanos y del Caribe, quien se unió a Estafanía Soriano como los judokas con oro en estos Juegos.
“Di lo mejor de lo mejor”, dijo aún jadeante el judoka quisqueyano.
“Desde el principio dije que esa medalla de oro sería para República Dominicana y así mismo fue: lo cumplí”, agregó.
Su determinación fue factor para dejar en la ruta a Edgar Chub, de Guatemala, con puntaje de 4-0 en combate de cuartos de finales. También para no amilanarse ante la areola del cubano Jorge Martínez, de quién dio cuentas en la semifinal.
“Los rivales que enfrenté son muy buenos, tienen un nivel muy alto”, refirió cuando se le cuestionó sobre la calidad de sus oponentes.
“Pero siempre hay que tener algo. Yo siempre llevo mi bandera en el pecho y hay que trabajar, dar lo mejor y nunca rendirse”, agregó para luego dedicar su triunfo a República Dominicana y a su familia.
Reconoció el trabajo del sensei Wilkin Ogando, quien le llevó a la selección de judo, y a su entrenador Manuel Ramírez.
Dio gracias a Dios, al Creso, el Comité Olímpico, Ministerio de Deportes y la Federación de Judo, de los que dijo son los responsables de su éxito en estos Centroamericanos.