Las mayores anunciaron la suspensión del segunda base de los Marineros de Seattle el martes, una impactante noticia que deja fuera al baluarte de la ofensiva de un equipo con ambiciones de clasificarse a la postemporada en la Liga Americana.
Canó dio positivo por furosemide, un diurético. En un comunicado divulgado por medio del sindicato de peloteros, Canó señaló que recibió la sustancia en su país natal y que no sabía que estaba prohibida.
“Me la dio un doctor con licencia en la República Dominicana para curar una dolencia médica”, dijo Canó. “No me di cuenta en ese momento que me dieron un medicamento que estaba prohibido, obviamente ahora deseo haber sido más cuidadoso”.
Se trata de la primera sanción que recibe Canó en una carrera que tenía todo el potencial para llegar el Salón de la Fama.
El dominicano se perfilaba como uno de los pocos jugadores en actividad con posibilidades de alcanzar los 3.000 hits en su carrera, además de ser un brillante jugador defensivo.
“Durante más de 15 años, haber tenido la oportunidad de jugar al béisbol profesional ha sido el mayor honor y privilegio de mi vida”, dijo Canó en el comunicado. “Nunca haría nada para engañar las reglas del deporte que amo, y después de someterme a numerosas exámenes de drogas durante más de una década, nunca he dado positivo por una sustancia para mejorar el rendimiento por la simple razón de que nunca he tomado una”.
El positivo de Canó se dio en un control realizado durante el receso de invierno, informó a The Associated Press una persona al tanto del proceso. La persona pidió no ser identificado debido a que el reglamento especifica que esos detalles deben ser confidenciales.
Dado que la sustancia es un diurético, el siguiente paso correspondió a Thomas Martin, el administrador del programa antidopaje que fue contratado por MLB y el sindicato, para determinar si el uso de furosemide fue un intento de “reemplazar, diluir, esconder o adulterar una muestra o de alguna manera alterar un control”, según el reglamento.
Luego que Martin llegó a una conclusión, el sindicato presentó un recurso el mes pasado. El caso debió ventilarse el martes en Seattle ante el juez de arbitraje Mark Irvings, pero el sindicato informó a MLB el viernes pasado que Canó quería desistir de su recurso, indicó la persona. El vicepresidente de MLB, Patrick Houlian, y el representante legal del sindicato, Matt Nussbaum, pasaron a negociar un acuerdo sobre la sanción a aplicar.
“Esta fue la decisión más difícil que he tomado en mi vida, pero finalmente la decisión correcta dado que no discuto haber recibido la sustancia”, dijo Canó. “Me disculpo con mi familia, mis amigos, fanáticos, mis compañeros de equipo y la organización de los Marineros. Estoy muy agradecido por el apoyo que he recibido durante este proceso”.
Canó ha sido elegido ocho veces el Juego de Estrellas, llevándose el premio al Jugador Más Valioso de esa exhibición el año pasado. También fue líder de la selección de República Dominicana que conquistó el título del Clásico Mundial de Béisbol en 2003. Pero ahora deberá lidiar con el estigma de una suspensión.
“Robinson cometió un error. Nos explicó lo ocurrido, aceptó el castigo y se ha disculpado con los fanáticos, la organización y sus compañeros. Apoyaremos a Robinson para superar esta desafío”, dijeron los Marineros en un comunicado.
La suspensión llega justo cuando Canó acaba de sufrir la primera lesión de gravedad en su ciclo en Seattle. Fue colocado en la lista de incapacitados el lunes tras sufrir la fractura de un hueso en la mano derecha al ser impactado por un bolazo en un juego en Detroit el domingo. Tenía una cita el martes con un especialista de manos en Filadelfia.
Canó puede purgar la suspensión estando en la lista de lesionados, pero no podrá actuar en los playoffs en caso que los Marineros lleguen a esas instancias y pongan fin a la sequía de postemporada más larga en las cuatro principales ligas profesionales en Estados Unidos y Canadá. También perderá una importante tajada de su salario durante la suspensión, alrededor de 11 millones de dólares.
Esta temporada, Canó bateaba para .287 con cuatro jonrones y 23 impulsadas en 39 juegos. Lució mucho más sano y ágil que en temporadas previas en las que padeció dolencias en las piernas que mermaron su alcance en defensa.