La temporada pasada (2016-2017) fue la de menor ofensiva en 36 años en la Lidom y tanto la parte técnica de la liga como los dueños de equipos coinciden en que la escasez de cuadrangulares impactó en la asistencia de fanáticos. Por eso, los clubes acordaron ayer pagará el doble de dinero para adquirir una pelota que alcanza más distancia que la utilizada en el torneo pasado.
La nueva bola a usarse en juego el próximo curso será el modelo FSR100HS de la Rawlings, que tiene la tecnología Extra Inning (EIT) y cada docena le costará a los equipos US$65.00.
Es una pelota que puede durar un 15% más que la anterior, la FSOLB1, cuyo costo es de US$33.00 la docena. Tiene la tecnología flat seam ball, que ha elevó la media de cuadrangulares en la división uno de la NCAA de 0,4 por partido en 2015 cuando se introdujo a 0,5 en 2016.
La bola toma menor peso cuando hace contacto con superficie húmeda, pesa 0.2 onzas menos. Rawlings vende esas pelota a US$129.99 la unidad en su sitio en la Internet y la usada el torneo pasado a US$69.69.
“Parece que de eso es que los equipos tienen deseo, que se juegue con una pelota que facilite más batazos de larga distancia, buscando jonrones que, sin duda alguna, es la jugada más emocionante del béisbol”, dijo Leonardo Matos Berrido a DL.
La campaña pasada apenas se conectaron 92 cuadrangulares en todo el torneo comparado con 151 la justa previa y lejos de los 289 en 2008-2009. Los Toros solo dieron 11 jonrones el curso anterior y el liderato lo compartieron Marco Hernández, Ramón Torres, Rhys Hoskins y Dylan Cozens con cuatro, cada uno.
Un equipo como los Gigantes, de acuerdo con su presidente Samir Risek, adquirió 350 docenas de pelotas. Una fuente de la Lidom reveló a DL que para el torneo completo se encargan entre 2,000 y 2,500, un pedido que hay que hacerlo en mayo para la fabricación en China y entregado en cuatro meses.
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