La afición del jardinero central venezolano de los Bravos de Atlanta hacia el club de fútbol encontró su punto máximo en diciembre pasado.
Durante unas vacaciones en España, Inciarte acudió al estadio Santiago Bernabéu y al predio de entrenamientos en Valdebebas. Ahí se encontró con el técnico Zinedine Zidane con el que tuvo un intercambio inolvidable.
“Lo primero que él me dijo fue felicitarme por mi Guante de Oro”, recordó Inciarte sobre su conversación con la leyenda francesa. “Me sorprendió. Quizás se lo habían dicho. No sé, pero fue algo muy bonito… una experiencia espectacular”.
Ese fue el primer Guante de Oro ganado por el jardinero de 26 años, en su tercera temporada en las mayores y la primera con Atlanta.
“Siento que me tardé mucho en conseguirlo”, dijo Inciarte a The Associated Press sobre ese galardón. “Y sigo trabajando para más Guantes de Oro. Quiero más. Es algo que habla bien de tu defensa, del tipo de jugador que eres”.
Inciarte se convirtió en el cuarto jardinero central de Atlanta en ser galardonado con el premio a la excelencia defensiva, emulando a Dale Murphy, Marquis Grissom y Andruw Jones.
Su modelo a seguir debe ser Jones, quien hilvanó diez de esos trofeos entre 1998 y 2007.
Al iniciar la temporada, Inciarte era el líder de los jardineros de la Liga Nacional con 44 carreras salvadas por la defensiva, a partir de 2015. Sus 12 asistencias representan la mayor cantidad de un jardinero central en la Nacional.
Atrapa lo que sea, batazos a lo profundo y a la corto, de lo cual atestiguan sus colegas de las esquinas, Nick Markakis y Matt Kemp.
“Reacciona muy rápido”, apuntó el jardinero derecho Markakis.
“Puedo estar tranquilo. No se pierde ninguna bola”, añadió el izquierdo Kemp.
Tanto Markakis como Kemp son jugadores con 12 años de experiencia en las mayores, pero el jardinero central es quien lleva la voz cantante en los jardines..
“Nos llevamos muy bien, cada quien conoce su alcance”, señaló Inciarte. “Nos entendemos entre hermanos y nos ayudamos. Cuando ellos me tienen que dar un consejo me lo dan. Y ellos me escuchan cuando yo tengo algo que decir”.
Los otros beneficiados son sus pitchers.
Aquí la valoración de Julio Teherán, el as colombiano de la rotación de los Bravos: “Al momento de lanzar, nada te preocupa porque a tus espaldas tienes a alguien te van a cubrir. Ender es de los mejores que hay”.
Inciarte fue adquirido como parte del canje realizado previo a la campaña de 2016, en el que Atlanta obtuvo de Arizona al torpedero Dansby Swanson y al pitcher Aaron Blair, por el lanzador Shelby Miller. Un cambio en el que los Bravos sacaron la mejor tajada y por mucho.
En sus dos temporadas con los Diamondbacks, el venezolano debió defender en las tres posiciones de los jardines, lo que socavó sus aspiraciones a la hora de la adjudicación de los premios.
Desde el primer día en Atlanta, quedó como titular fijo en el central y su aportación ofensiva tras la pausa del Juego de Estrellas, al batear para .341 con un porcentaje de embasado de .396, cimentó su condición como parte del núcleo de jugadores jóvenes con los que el equipo espera recuperarse tras dos campañas sucesivas con más de 90 derrotas.
Poco antes de la Navidad, Inciarte firmó un nuevo contrato de 30,5 millones de dólares por cinco años con los Bravos, un pacto que cubre los cuatro años en los que era elegible para un arbitraje salarial.
“Estaba buscando algo un contrato flexible tanto para la organización como para mí”, dijo Inciarte. “Estaba buscando estabilidad económica para mi familia. A la hora de ese tipo de contrato, ya no solo piensas en ti. Piensas en tus seres queridos, todas esas personas que dependen de ti, porque la situación que se vive en Venezuela, mucha gente va a depender de tu salario”.
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