Y probablemente, a esta persona se le habrá venido automáticamente una pregunta a la cabeza: ¿Qué utilidad pueden tener unos pelitos de 3 centímetros de caucho… para un cacharro que pesa más de una tonelada?, ¿le dan cierta aerodinámica?, ¿mejoran el agarre del neumático a la carretera?
Puede que nos indiquen que un neumático es nuevo… pero ni siquiera es una método fiable, porque algunos fabricantes -sobre todo los de alta gama- se encargan de retirarlos antes de ponerlos a la venta. En realidad, no son más que un “error de fabricación”.
¿De dónde salen estos “pelos”?
Uno de los últimos pasos en la cadena de montaje de un neumático es el que le dará su forma final, donde se conformarán tanto el dibujo como las letras de las ruedas. Para conseguir que el neumático adquiera estas formas, es necesario someterlo a unas presiones y a unas temperaturas muy altas. La estructura básica de la rueda, formada por elementos metálicos y caucho, se introducirá en el interior de un molde metálico.
Una vez dentro, se fuerza la expansión del caucho, que al elevarse la presión y la temperatura, pasa a un estado líquido. Durante este proceso, toda la estructura se va amoldando al dibujo del modelo y va cubriendo todos los recovecos… eliminando así cualquier burbuja de aire que pueda quedar en el interior.
Para que los gases que se generan en el interior del molde puedan salir, se han dispuesto varias “salidas de aire” o canales de un tamaño minúsculo. Y evidentemente, una vez que ha salido todo el gas, el caucho líquido también acaba saliendo por estos pequeños agujeritos, formándose -de esta forma- las hebras de caucho que luego llaman tanto la atención.
Sin estos orificios, el aire se acumularía en el interior del neumático, formando unas burbujitas que debilitarían la integridad de la rueda. Y por lo tanto, cualquier vehículo que estuviese equipado con estos neumáticos acabaría convirtiéndose en un peligro para la circulación y para los pasajeros del vehículo.
En conclusión, los pelitos de los neumáticos, que técnicamente se llaman “chorros de ventilación”, no tienen ningún propósito per sé. Después de un par de kilómetros de rodaje, la mayoría de ellos simplemente se pierde, aunque suelen quedar algunos en los laterales… y para algunas personas retirarlos puede convertirse en un buen método método anti-estrés.