Ware escribió un libro que se convirtió en bestseller y ha sido traducido a 29 idiomas: The Top Five Regrets of the Dying (Los cinco principales arrepentimientos al morir) y, a decir de la autora, esas experiencias cambiaron su manera de mirar y vivir la vida.
Los cinco arrepentimientos que escuchó con mayor frecuencia entre los enfermos son:
“Ojalá hubiera tenido el coraje de vivir una vida fiel a mí mismo, no la vida que otros esperaban de mí”.
“Ojalá no hubiera trabajado tan duro”.
“Ojalá tuviera el valor de expresar mis sentimientos”.
“Ojalá me hubiera mantenido en contacto con mis amigos”.
“Ojalá me hubiera permitido ser más feliz”.
No te arrepientas y toma cartas en el asunto
“Cada día que pasa es un día menos de tu vida. No tienes que vivir con arrepentimientos. Tampoco tienes que morir con ellos. Sé valiente y da el primer paso, porque la valentía siempre es recompensada”, escribió Ware para aclarar que es mejor hacer algo en vida en lugar de arrepentirse en el último momento.
Al respecto, la psicóloga Carly Marie Manly planteó algunas estrategias para reducir los posibles arrepentimientos que pueden ocurrir al final de la vida:
“Ojalá hubiera tenido el coraje de vivir una vida fiel a mí misma, no la vida que otros esperaban de mí”. Manly le dijo a Well+Good que una manera de evitar esta situación es realizar un camino de autoconocimiento para saber quién eres auténticamente y ser sincero contigo mismo. Si descubres que has pasado tu vida tratando de cumplir las expectativas de otras personas, todavía puedes cambiar. Y esto no implica tomar decisiones drásticas sino al contrario, tomar pequeñas acciones que te conduzcan gradualmente a abandonar las creencias limitantes sobre quién crees que tienes que ser y por qué.
“Ojalá no hubiera trabajado tan duro”. Establecer límites es fundamental para evitar este arrepentimiento. Si tus circunstancias lo permiten, considera poner límites en tus actividades laborales, como no ocuparte del trabajo durante los fines de semana, tomar vacaciones siempre que puedas o incluso cambiar de ocupación o carrera, pero todo depende de tus necesidad y tu capacidad para enfrentar las consecuencias de tus decisiones.
“Ojalá tuviera el valor de expresar mis sentimientos”. Mejorar la inteligencia emocional es una tarea que podemos perseguir todos los días. Expresar lo que sentimos es una tarea continua, y podemos comenzar diciendo “no” cuando no deseemos hacer algo y decir que “sí” cuando sí queremos, así de simple.
“Ojalá me hubiera mantenido en contacto con mis amigos”. Simplemente toma el teléfono y haz esa llamada o envía ese mensaje. Recuperar el vínculo con una amistad puede no ser fácil al principio, pero la perseverancia y el cariño pueden allanar muy bien el camino. Pero si no deseas un acercamiento, entonces “perdónate por no actuar”, dice la psicóloga y enfócate en cuidar y afianzar las relaciones que ya tienes.
“Ojalá me hubiera permitido ser más feliz”. Darte cuenta de las cosas buenas que existen en tu vida te ayudará a sentirte feliz y relajado. Enumera todas las mañanas tres cosas por las que estás agradecido, haz pequeños actos de bondad con desconocidos y conocidos, y no dejes de hacer algo que te guste, como meditar o hacer ejercicio, son las sugerencias de Manly. Y recuerda que no se trata de ser feliz de manera permanente, sino de aprender a lidiar con los altibajos de la vida.